Mientras el Gobierno apuesta al programa Precios Justos para contener el alza en alimentos, la carne y la nafta le pusieron más presión a la inflación que se viene. La Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina advirtió que el Índice de Precios al Consumidor de enero, difundido por el Indec, no reflejó el reajuste en el precio de la carne que impactará en la medición de este mes. “Por una cuestión de tiempos de medición, el IPC no reflejó este fenómeno de forma completa. Por eso, los precios de los principales cortes medidos por el Indec exhibieron alzas mensuales muy inferiores a las del nivel general del IPC y del capítulo alimentos y bebidas”, indica en su reporte.

Los frigoríficos señalan que vienen con valores retrasados, lo mismo que argumentan los expendedores de combustibles. Además hay otras dos cuestiones que pueden acelerar los precios: el reacomodamiento de las tarifas de los servicios y la estacionalidad del gasto en educación.

Luego de dos meses de “veranito” en materia inflacionaria, el índice se aceleró al 6% mensual, dos puntos por encima del promedio mensual previsto por el Gobierno nacional cuando pautó un 60% anual en el Presupuesto.

El incremento fue superior a lo que proyectaba el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que previó un 5,6%, aunque muy por debajo de lo que midió Ciudad de Buenos Aires (7,3%). En términos interanuales, el IPC subió 98,8%.

Entre las distintas categorías, los mayores aumentos vinieron por el lado de los estacionales (+7,1%) y regulados (+7,9%). Mientras tanto, el componente núcleo trepó 5,4%, algo por encima de la medición de diciembre (5,3%).

Existen varios factores que presionarán sobre los precios en los próximos meses, señala GMA Capital. Parte de los aumentos más influyentes todavía no se registraron en el IPC, plantea el economista Santiago Franco. Por otro lado, la emisión seguirá su curso y existen límites para endurecer la política monetaria. Todo esto en un contexto donde la demanda de dinero se encuentra históricamente deprimida. A su vez, lo que antes eran anclas nominales (tipo de cambio y tarifas) ahora se convierten en factores de inflación endógenos.

El valor de la carne

La incidencia del reajuste mayorista

El dato sobre la inflación de enero (6%) suministrado por el Indec confirmó la aceleración inflacionaria, con un acumulado de doce meses del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 98,8%, alcanzando su valor más alto en los últimos 31 años, señalan los economistas del Ieral, Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, en el último reporte semanal de la entidad que depende de la Fundación Mediterránea. La incidencia del precio de la carne en el costo de vida se notará en los índices de febrero y marzo, luego de una suba del valor de la hacienda en el mercado mayorista cercano al 50% en lo que va del año. En caso que el IPC de febrero iguale o supere el 5,3%, entonces la Argentina habrá regresado a la inflación de tres dígitos en la medición interanual, advierten.

La dolarización

Demanda de dinero deprimida

A los límites del endurecimiento monetario se le suma una demanda de saldos reales que está cerca de mínimos de los últimos años dice Santiago Franco, analista Research de GMA. El costo de oportunidad de poseer dinero líquido es cada vez mayor ante una inflación que no parece mostrar signos de desaceleración. Tomando como referencia los últimos 20 años, hoy la demanda de dinero se encuentra cerca de un 14% por debajo de ese promedio. Cualquier shock expansivo que termine con más pesos en la economía tendrá un alto impacto en el nivel de precios. Además, se afronta un año electoral. E, históricamente, a medida que se acerca la fecha de los comicios, se comienzan a ver procesos de mayor dolarización de carteras, acota el economista.

Emisión monetaria

No se prevé que se desacelere

En lo que se refiere al financiamiento monetario del déficit, aun suponiendo que se cumplan las metas (déficit primario de 1,9% del PBI y financiamiento directo del Banco Central de 0,6% del PBI), el BCRA seguirá teniendo mayor protagonismo, tal como sucedió el año pasado, según GMA. En las licitaciones de 2022 el financiamiento neto ascendió a $ 2,4 billones. Sin embargo, con las intervenciones que la autoridad monetaria realizó en el mercado secundario, la emisión neta para compra de títulos alcanzó los $ 1,9 billón. Por lo tanto, esa dinámica no se revertirá a lo largo de este año. En lo que va de 2023 el Tesoro consiguió $ 326.000 millones de financiamiento neto, mientras que las compras del BCRA en el mercado secundario acumularon $ 141.000 millones.

Sin ancla cambiaria

Aceleración del “crawling peg”

El espacio para atrasar el tipo de cambio es limitado. En lo que va de la gestión actual el dólar oficial acumula una apreciación del 23%. Y este es uno de los factores principales que explican la delicada situación externa. Desde la llegada de Massa al frente del Ministerio de Economía, se apuntó a cumplir con mayor rigurosidad el objetivo de aceleración del “crawling peg” por encima de los precios. En enero, el tipo de cambio subió 5,5% (menos que la inflación de 6%). Así, se rompió la racha de cuatro meses con el dólar oficial navegando por encima de los precios. Sin embargo, en las últimas jornadas se vio una marcada aceleración del crawling peg. el tipo de cambio deja de ser un ancla para convertirse en un factor endógeno de inflación.

Política monetaria

Se prevén mayores limitaciones

Ante el mayúsculo stock de pasivos remunerados, el BCRA está limitado para endurecer su política. Tras señalar que la aceleración inflacionaria se correspondió a la performance de los estacionales (7,9%) y regulados (7,1%), el Central mantuvo la tasa de política monetaria, dice el reporte de GMA. Tanto la tasa de Leliq como la de Pases se mantuvo por tercer mes consecutivo en terreno positivo, y el límite para seguir incrementando la tasa de interés radica en la propia dinámica de los pasivos remunerados. La emisión por intereses es el principal factor de expansión de la base monetaria. Además, ante el enfriamiento de la actividad, los límites sobre el endurecimiento monetario podrían venir del lado de la política, en medio del año electoral.

Precios regulados

El impacto de las tarifas

La presión de los precios regulados seguirá impulsando al IPC durante los próximos meses. “Para febrero seguirá impactando el gas y la luz, con aumentos en ésta última partida que promediarán 14%. Pesará también el aumento de 4% en combustibles y de hasta 8% en prepagas. Por otro lado, en servicios de telefonía, televisión por cable e internet (una de las categorías más rezagadas del IPC) habrán aumentos de hasta casi 10%, señala GMA Capital. “Sin un plan de estabilización que ayude a anclar expectativas, la inflación mantendrá su curso. En el mejor de los escenarios para el Gobierno la inflación se estabilizará en torno al 5% o 6% (entre 80% y 100% anual), muy lejos de la meta del 60% anual, establecida en el Presupuesto, concluye la consultora.