HACER UN PEDIDO CONCRETO

- Pedile a tu hijo que realice una cosa concreta. A veces les exigimos que lleven a cabo tantas cosas a la vez que ni nosotros seríamos capaces de hacer, por lo que el pequeño no lo ejecuta y nos enfadamos sin razón. Así que no se lo pidás con preguntas, sino con una solicitud clara y concisa. Un ejemplo: “Por favor, mete los dinosaurios en su caja”. Y en cuanto termine de hacer esa tarea, hazle otra: “Por favor, guarda las pinturas en el estuche”.

DAR TIEMPO SUFICIENTE

- Dale tiempo a hacerlo. En la universidad estadounidense recomiendan contar mentalmente hasta cinco segundos, el tiempo necesario para que procese (y entienda) la petición y la ejecute. Puedes hacerlo también en voz alta, e incluso esperar hasta la cifra redonda de 10. Pero lo importante es que comprenda lo que se le ha solicitado hacer.

REPETIR Y ADVERTIR

- Si el niño no recoge, repetile el pedido. Pero en esta ocasión, además, tenés que advertirle qué consecuencia acarreará el hecho de que no lo haga. La consecuencia debe ser lógica y proporcionada a la no ejecución de la petición que le has hecho.

- Así, no se pueden pensar en consecuencias que se alarguen en el tiempo (no juegas en una semana) y que no tengan sentido para el niño. “Esto puede crear más frustración y rechazo”, alertan los científicos de Harvard.

- Siguiendo con el mismo ejemplo, esta sería una consecuencia adecuada: “Si no guardás los dinosaurios en su caja, no podrás jugar con ellos hasta mañana”.

- De nuevo, dale el mismo tiempo. Si antes has esperado cinco o 10 segundos para ver su reacción, ahora también cuenta hasta cinco o 10 para que se ponga a realizar tu petición.

RECONOCER SU BUENA CONDUCTA

- ¿Tu hijo ha recogido? Reconoce su comportamiento. El refuerzo positivo siempre ayuda a afianzar buenas conductas. Por tanto, nunca te olvidés de felicitarlo con entusiasmo por su acción concreta bien realizada. Este elogio viene bien que siempre se acompañe de un gesto cariñoso, como una palmada en la espalda, un dedo de aprobación o el guiño de un ojo, por ejemplo.

CUMPLIR LA ADVERTENCIA

- ¿No ha recogido sus juguetes? Lleva a cabo tu advertencia. Si no ha hecho lo que le pediste, con calma y sin gritos, recordale que, como le avisaste, su inacción tiene consecuencias inmediatas. De manera clara y concisa decile lo que harás.

- Siguiendo el ejemplo: “Como no has guardado los dinosaurios en la caja correspondiente, no jugarás con ellos hasta mañana”. Y poné el juguete fuera de su alcance.

- Como aconsejan los expertos de la Universidad de Harvard, mantener la mayor calma posible es clave para lograr tu objetivo, además de crear una consecuencia lógica y coherente.

JUEGOS Y CANCIONES

- Los investigadores también sugieren enseñarles a tus hijos a ordenar sus juguetes con juegos y canciones, con una buena planificación del espacio, con ideas infalibles para organizar los juegos y la aplicación de ciertas normas, como no recoger jamás por ellos, aunque sí con ellos. Con tu ejemplo siempre aprenderán más rápido.