Está viviendo un sueño del que no quiere despertarse. Tras la caída ante Talleres y debido a la gran cantidad de lesiones en Boca, Hugo Ibarra decidió llamar de Reserva a varios juveniles para que trabajen con el plantel superior. En esa lista aparece un tucumano con pasado en San Martín, Tomás Bustos, una de las joyas que entusiasma nada menos que a Juan Román Riquelme. Bustos podría integrar la lista de convocados y hasta ser parte del banco de suplentes cuando el “xeneize” reciba el domingo a Platense, en “La Bombonera”.
“Estoy muy contento por el presente que estoy viviendo, gracias a Dios. No me lo imaginaba porque estaba entrenando con la Reserva. Pidieron algunos chicos y me eligieron a mí”, explicó Bustos, de 18 años, en diálogo con LA GACETA. ¿Y dónde quedó San Martín en esta historia? “Me encantaría volver, pero ahora lo veo muy difícil. Me quedó el sueño pendiente de debutar ahí. Ojalá en algún momento de mi carrera me toque jugar en el ‘santo’. Soy hincha del club, me dio todo y me hizo crecer como jugador”, destacó. Bustos sigue en contacto con sus ex compañeros y recibió las felicitaciones de quienes fueron sus técnicos.
Ahora bien, la gran pregunta es como pasó de un club a otro. Mieto del ex futbolista Mario Amadeo Pedraza, Bustos empezó su carrera en las divisiones formativas de San Martín. Allí, gracias a su buen desempeño logró ser convocado al seleccionado Sub-15, dirigido por Diego Placente. Sin embargo, el momento de mayor auge llegaría en 2018, año en el que el “santo” ascendió a Primera. En ese momento “Tomi” disputaba los certámenes de AFA y le tocó enfrentarse a Boca, partido en el que redondeó una gran actuación. Suficiente para que le cambiara la vida.
“Jugamos en el predio de Ezeiza, me tocó convertirles y a partir de eso cambió todo”, afirmó Bustos, que en ese momento tenía apenas 14 años. “Hablaron con el club, arreglaron y después me llamaron. En mi familia estábamos todos de acuerdo”, aclaró.
Más allá de la gran oportunidad que se le presentaba, a Bustos que estaba en pleno proceso de crecimiento, le costó demasiado alejarse de todo lo conocido. “Es difícil dejar de lado tu familia, compañeros e ir a vivir a otra provincia -advierte-. Actualmente estoy viviendo en la pensión de Boca. Cuando vine llegué con mi mamá, Beatriz Pedraza. Ella fue fundamental en todo esto. Todo lo que estoy viviendo se lo debo a ella”, se mostró agradecido el enganche categoría 2004.
“Las primeras semanas me costaron porque extrañás a tu familia. Es muy duro porque pasás a algo que no conoces”, sintetiza. Ahora, más acostumbrado a la gran ciudad, afirma que vive un sueño. Se entrenó en varias ocasiones con el plantel de Primera, habló con los referentes y hasta se sacó una foto con Riquelme, uno de sus ídolos.
“Hugo Ibarra banca y les da muchas oportunidades a los más jóvenes”, dijo Bustos sobre el DT, y también se refirió a la delicada situación por la que pasa el equipo. “La gente de Boca quiere ganar. El equipo va a cambiar este mal momento y va a obtener el campeonato”, vaticinó.
Durante las prácticas que se llevan a cabo en Ezeiza, Bustos intercambió unas palabras con Guillermo Pol Fernández. Aunque su máximo deseo es hablar con Óscar Romero. El talentoso tucumano de 18 años busca imitar sus movimientos. “Te hacen sentir cómodos. Hablé con ‘Pol’, me preguntó como estaba y sobre el torneo”, apuntó.
Por su parte, también recordó la tan deseada foto con el “10”. “Charlamos después de un superclásico que terminamos empatados y después nos sacamos la foto. Estaba muy nervioso”, reveló.
Con la posibilidad latente de estar en el banco, Bustos se muestra tranquilo y explica qué puede aportar. “Puedo gambetear y asistir. También, tengo juego asociado. Si me toca estar, lo voy a disfrutar; si no, a seguir trabajando”, avisó Bustos, que ya tiene una meta muy clara: “espero firmar contrato”.
Un porcentaje del pase es del “santo”
Tras grandes actuaciones en los certámenes de AFA con la camiseta de San Martín, Tomás Bustos fue transferido al “xeneize” en 2018. Allí se consagró en el torneo de Reserva, bajo las órdenes de Mariano Herrón. El “santo” se aseguró mantener una plusvalía de un 10% en caso de una futura venta de Bustos.