La Corte Suprema dispuso tomarle juramento a tres senadores como consejeros de la Magistratura, pero rechazó al camporista Martín Doñate, ya que está cuestionada judicialmente su inclusión como representante del Senado, pues el tribunal ya declaró invalido que se haya partido el bloque del Frente de Todos para que el oficialismo nombre representantes por la mayoría y la minoría.

Fue Cristina Kirchner quien envió el nombre de Doñate para integrar el Consejo hasta 2022 y luego, a instancias de la vicepresidenta, el Senado -con el voto mayoritario del bloque kirchnerista- ratificó su nombre para el período que termina en 2026. Sin embargo la Corte declaró inválida la primera de esas designaciones porque dijo que fue producto de un “ardid” desprovisto de “buena fe”.


La Corte dispuso hoy -en la acordada 2 de 2023- no tomar juramento a Doñate. En la resolución, el máximo tribunal señaló que los consejeros a los que tomarán juramento son María Inés Pilatti Vergara y Mariano Recalde, por el Frente de Todos que es el bloque mayoritario en la Cámara alta, y el senador radical Eduardo Alejandro Vischi, por la primera minoría.

En el caso de Doñate, Cristina Kirchner lo había propuesto por la segunda minoría, luego de partir en dos el bloque del Frente de Todos, de 35 miembros: creó las bancadas del Frente Nacional y Popular, de 21 miembros, por el que postuló al camporista Recalde (CABA) y la kirchnerista Pilatti Vergara (Chaco); y Unidad Ciudadana, de 14 integrantes, por el que postuló al camporista Doñate (Río Negro). En la práctica, ambos bloques nunca funcionaron de manera independiente.

La Corte recordó en su acordada que el 8 de noviembre declaró “inoponible la partición del Bloque Frente de Todos a los fines de la conformación del Consejo de la Magistratura”, porque dijo que con esa maniobra se pretendió que uno de los bloques (Unidad Ciudadana) desplazara al bloque de Pro (de 9 miembros) como la segunda minoría, “violando de ese modo la pluralidad representativa” en el Consejo de la Magistratura.

La Corte dijo que se trataba de una trampa que no tenía “fines genuinos”, sino solo “ocupar en el Consejo un lugar que no le corresponde”. De ese modo, advirtió, el Frente de Todos tendría tres de los cuatro consejeros en representación de la Cámara alta.