Una gran preocupación se generó entre las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) por el estado de salud que atraviesan los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa.
“Los ocho están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen”, revelaron fuentes penitenciarias a Noticias Argentinas e indicaron que “hay temor de que puedan suicidarse”.
Preocupación por la salud mental de los ocho condenados
Desde su detención por el asesinato de Báez Sosa hasta la actualidad "jamás se pelearon a golpes de puño", porque los guardias los tenían "bien custodiados".
En la vuelta a Melchor Romero, luego del juicio, y a la espera del traslado a un penal para cumplir la condena (se pidieron ocho cupos en la Unidad 57 de Campana) la preocupación del SPB crece y mucho por la situación emocional de los ocho.
"Ellos estaban mal antes del juicio, imaginate ahora ya condenados de esta manera", explicó la fuente consultada por NA.
Además, luego de que secuestraran los celulares de Enzo Comelli y Blas Cinalli, uno de los funcionarios del SPB, reveló que uno de ellos le dijo: “nos sacaron los celulares que usábamos para hablar con nuestras familias. Hablar con ellos era lo único que nos mantenía vivos".
Esa frase alertó al Servicio Penitenciario Bonaerense y se pidió un extremo cuidado de los ocho. De hecho, Máximo Thomsen es el que más afectado está y requirió varias veces asistencia psicológica, lo mismo que Comelli.
También solicitaron que les llevaran biblias y pidieron que un pastor los visitara dentro de la alcaidía.