El anticipado e inequitativo anticipo de recursos supuestamente para ser destinados a obras y mejoramiento de los servicios en los municipios oficialistas, instaló la duda en el electorado local, al tiempo que exacerbó las tensiones internas en un oficialismo obnubilado por la necesidad de retener el sillón de Lucas Córdoba, soslayando que la dispersión de votos, en especial en el interior, puede desembocar en un escenario con final abierto, con el riesgo de perder algunas bancas legislativas, intendencias, comunas rurales etc., y terminar sitiado por la oposición, como sucede en el orden nacional. LA GACETA en su edición del 04/2/23 advirtió que la inflación, más la desidia de los responsables municipales en el control de precios (“Algo más que Obras”, LA GACETA, 5/12/22; “Partidos Familiares”, LA GACETA, 4/02) es una espada de Damocles que pende sobre el resultado electoral, y que a pesar de los indicadores oficiales se percibe en la mesa familiar. El Gobierno debe considerar que aún sobrevuela el fallo de la CSJN referente a la candidatura de Manzur como Vice, situación que se tornará conflictiva, por la mora de la decisión judicial, en relación a la fecha de presentación oficial de la lista de candidatos, que podría llevar a la dispersión de la dirigencia del Frente de Todos, que ya fue menoscabada por la inexplicable distribución de los fondos no reintegrables que fortaleció financieramente a la lista Tucumán para la Victoria, incluyendo a jefes municipales, que en algún momento se jactaron de haber estado “… ocho años en la cocina del Ministerio de Interior….”( LA GACETA, 18/01/16) organismo determinante en el manejo de municipios y comunas, puntos neurálgicos de las sospechas. En suma la acertada gestión del gobernador Jaldo, puede verse neutralizada por la necesidad imperiosa que tienen algunos grupos familiares de blindar la gestión anterior, imponiendo al vecino el tener que tragar, por necesidad, los consabidos sapos de la política.

José Emilio Gómez 

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