El clima sigue siendo un factor preponderante en lo que respeta con el futuro de la producción de granos, ya que la irregularidad y la falta de precipitaciones ha condicionado una situación que luce crítica.

Un informe realizado esta semana por la Bolsa de Comercio de Rosario indica que las lluvias que se dieron en las últimas semanas constituyen apenas un alivio momentáneo, ya que las diversas zonas productoras de granos del país siguen atravesando un escenario muy delicado. En el caso del maíz ya se estima una caída del 15% en la producción respecto a los 50 Mt que se esperaban con un escenario climático normal. Se dan por perdidas 7,5 Mt de maíz argentino y se estima que, con 42,5 Mt, esta será la peor cosecha argentina de los últimos cinco años.

En términos de rinde, con 64,1 qq/ha se trata de la cuarta peor marca en 15 años. Todo esto a pesar del enorme salto tecnológico del cultivo, de las crecientes dosis de fertilización y del hecho inédito de que las siembras tardías ocupan casi el 75% del área de siembra nacional. ¿Qué hubiese pasado si una sequía semejante se daba al principio de esta serie? Seguramente estaríamos hablando del rinde más bajo para dicho período en Argentina

Con este volumen estimado (42,5 Mt), la actual se posiciona casi un 17% por debajo de la cosecha que hace un año atrás (también afectada por la falta de agua). El área que no será cosechada como grano sube un 30% por la falta de agua, y se estima en 1,3 M ha.

Más diferencias que similitudes

En el 2021, un caudal inesperado de lluvias de fines de enero y principios de febrero le dio un vuelco a la campaña de maíz. En los mapas, Santa Fe, Córdoba, el norte de Buenos Aires y Entre Ríos se teñían de azul (excedentes); los maíces tempranos atravesaban etapas críticas lejos de limitantes hídricas.

Llama la atención de que casi en las mismas fechas, pero dos años después, se hayan dado en el 2023 dos eventos vitales para la región pampeana. Pero hay muchas diferencias con el 2021: las lluvias esta vez fueron mucho más dispersas y de menor cobertura y sobre suelos casi sin reservas de agua tras 23 meses de lluvias por debajo de lo normal.

Esta vez, los cambios fueron en una escala menor y la mejora duró mucho menos que en el 2021. Por eso, lamentablemente, desde mediados de la semana pasada vuelven a verse cultivos estresados. Y sin lluvias importantes a la vista hasta dentro de 10 a 15 días y transitando una nueva ola de calor, al sector ha vuelto el desánimo.

Los sectores favorecidos para el cultivo de maíz son el extremo oeste, parte del centro y el sudeste de Buenos; La Pampa; sur y noroeste de Córdoba y recientemente San Luis.

“Recibieron lluvias excepcionalmente abundantes que superaron las medias de enero. Incluso algunas zonas ya venían siendo privilegiadas por el patrón húmedo de diciembre”.

En estos sectores, los maíces tempranos se estiman con rindes por encima de los 50 a 60 qq/ha y en los tardíos con más de 70 qq/ha a 90 qq/ha. Estas zonas son las únicas que han quedado al margen del fracaso productivo que se observa en el resto de Argentina. En el resto de la región pampeana, los maíces tempranos muestran daños de rendimiento que van del 40 al 80% y perdidas masivas de lotes que se destinaron para forraje. Y en los maíces tardíos, los rindes estimados muestran daños que van del 30 al 50%.

Desastre

El desastre productivo empieza por Entre Ríos, sigue por todo Santa Fe y se extiende al oeste y a buena parte de la franja central cordobesa. También se va hacia el sur: Buenos Aires está afectado, sobre todo el norte y el centro este. En términos de rindes, Entre Ríos alcanzaría un promedio de solo 30 qq/ha y Santa Fe 55 qq/ha. Buenos Aires les sigue con 67 qq/ha. Córdoba, gracias a su cultivo insignia, el maíz tardío, alcanza la punta de este rating de rindes con solo 75 qq/ha. En términos de producción y comparando con el año anterior (año que también fue alcanzado por la falta de agua) Santa Fe dejará de producir 3,1 Mt, Córdoba 2,2 Mt y Buenos Aires 1,6 Mt.

En lo referente a la soja, la segunda estimación de la oleaginosa sigue mostrando el impacto de la peor sequía de los últimos 60 años en Argentina y la falta de una respuesta contundente del clima para poner un punto final a las pérdidas. El recorte de febrero es de un 7% respecto al guarismo de enero, pasando de 37 a 34,5 Mt. De esta manera, será la segunda peor cosecha nacional de los últimos 15 años, siendo ya inferior a la del 2017/18 (35 Mt). Lamentablemente, tal como se advertía en enero, se realizó un fuerte ajuste de pérdidas de área, sobre todo en soja de segunda. Las 504.000 ha de aquel entonces se actualizan a 1 millón de ha. Buenos Aires encabeza la lista de área malograda con 301.000 ha. Le siguen Córdoba con 222.000 ha y Santa Fe con 160.000.