El conflicto político por los mármoles del Partenón no solo están afectando las relaciones entre Grecia y el Reino Unido, sino al propio gobierno por la oposición en el país mediterráneo.

Todo comenzó cuando el entonces embajador británico Thomas Bruce, conocido como Lord Elgin, obtuvo el permiso del Sultán para llevarse parte de las metopas y del friso interior del Parternón, a principios el siglo XIX. Luego Lord Elgin las vendió al reino inglés y fueron a depositarse al Museo Británico en 1939.

“Grecia no reconoce la jurisdicción, posesión y propiedad del Museo Británico de las Esculturas del Partenón” tuvo que señalar en un comunicado el ministerio de Cultura heleno, en respuesta a las críticas formuladas al Ejecutivo por parte del líder del principal partido de oposición, Alexis Tsipras.

El líder del izquierdista Syriza, expresó su “gran preocupación” por las publicaciones de medios británicos que indican que los representantes griegos están supuestamente cerca de forjar un acuerdo con el Museo Británico para que los Mármoles del Partenón regresen a Grecia por medio de un “préstamo” e “intercambio” de piezas arqueológicas. “No puedes prestar o intercambiar algo que no te pertenece”, recalcó el líder izquierdista, y recordó que no debe reconocerse ningún derecho sobre los “robados” mármoles a ninguna entidad legal -como es el Museo Británico- y a ningún otro Estado aparte del griego.

En la primera semana de enero, el diario británico “The Telegraph” señaló que estos tesoros culturales de 2.500 años de antigüedad podrían ser devueltos “más temprano que pronto” en acuerdo con el Museo Británico, que prestaría a largo plazo algunas piezas a Atenas, a cambio de que piezas arqueológicas de la Antigua Grecia se transfieran a Londres. Después fue el diario “Times” el que confirmó que el acuerdo se lograría de forma de “un préstamo indefinido” de las esculturas a Grecia “a cambio de otras piezas del Museo de la Acrópolis” en Atenas.

De todos modos, existe una ley que impide a los británicos desmantelar la colección que, consideran, es propia.

Los mármoles, conocidos como de Eglin, pertenecen al friso y el frontón Este del edificio histórico.

La realidad, entonces, es que los originales mármoles griegos se exponen en Londres y las copias en el Museo de la Acrópolis, en Atenas.

Disputa

La disputa se ha acentuado en las últimas décadas cuando los gobiernos griegos de distintas administraciones intensificaron sus llamados a Londres para que devuelva las piezas.

Lina Mendoni, ministra de Cultura y Deportes de Grecia, afirmó ante la prensa que su país seguirá exigiendo al Reino Unido el regreso de los Mármoles del Partenón, para que se logre su reunificación definitiva. Mendoni recalcó que “ninguna conservación o negociación se ha dado por terminada”. De como se concluya, se creará un antecedente para otros países.

La situación se agrava porque casi simultáneamente se conocieron declaraciones de la secretaria de Cultura de Reino Unido.

“Caja de Pandora”

“Los Mármoles del Partenón pertenecen aquí, a Reino Unido y no deben ser devueltos a Grecia”, aseguró Michelle Donelan

Donelan le dijo a la BBC que devolverlos permanentemente a Grecia “no es la intención” del gobierno británico, ya que “abriría una caja de Pandora” y sería un “camino peligroso” a seguir, advirtió la funcionaria.

El Museo Británico tiene prohibido por ley devolver permanentemente las obras de arte a Grecia o piezas que sean de cualquier otro país.

Pero se especuló con que un trato podría implicar que las esculturas se enviaran a Atenas en préstamo en rotación, a cambio de objetos clásicos que nunca antes se han visto fuera de Grecia. Un portavoz del museo dijo que no van a “desmantelar” su colección, pero que estaban “buscando asociaciones a largo plazo”.

Arte: robo y reclamos

En una nota publicada hace una semana se explicaba qué era el arte expoliado. En este caso podría señalarse alguna más que semejanza. Porque hubo otras situaciones que fueron directamente robos, tanto con el arte griego como el egipcio, pero también de otros patrimonios de los que se apropiaron las grandes potencias imperialistas. Saqueos, directamente, como ocurrió en la India. O los fundamentalistas, cuando los talibanes destruyeron los Budas de Bamiyán, Países Bajos ya comenzó la devolución de arte expoliado en África, en lo que fueron sus antiguas colonias (incluyen también Surinam, El Caribe e Indonesia).