“Todos hicieron de todo”. La frase que repitió una y otra vez el fiscal Gustavo García fue esclarecedora. Los acusadores entendieron que los ocho imputados fueron “coautores” del homicidio de Fernando Báez Sosa, despejando así todo tipo de dudas sobre si alguno de los acusados tendría algún tipo de participación diferente en el crimen. El mismo criterio tuvo la querella que está representada por Fernando Burlando y su equipo de colaboradores. Por ese motivo, los acusadores solicitaron al tribunal que a todos se los condenara a prisión perpetua.
Los ocho jóvenes llegaron al juicio acusados de homicidio doblemente agravado por alevosía y por premeditación de una o más personas. Durante las audiencias del debate, los testigos con sus declaraciones dejaron varias piezas de un rompecabezas. En los alegatos, los fiscales y los querellantes se encargaron de acomodar todas las ideas.
Caso Báez Sosa: cómo reaccionaron los padres de los rugbiers al pedido de cadena perpetua“Los acusados atacaron a Fernando por sorpresa, a traición y al unísono con patadas y golpes de puño mientras estaba inconsciente y sin posibilidad de defenderse. También golpearon a algunos de sus amigos cuando estos se acercaban a defenderlo”, sentenció García en la primera frase de importancia de su alegato.
El fiscal también pidió a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lazzari, que no sólo tuvieran en cuenta sólo los videos que se exhibieron durante la audiencia, sino que analizaran el importante cúmulos de las pruebas que fueron ofrecidas durante el juicio.
García también hizo un particular énfasis en por qué sostienen que hubo premeditación en este homicidio. “Estamos hablando de que los imputados, siete minutos antes, se encontraban en la misma vereda y a pocos metros de Fernando (...) Y aunque la figura de la premeditación no requiere una planificación elaborada, en este caso hubo una estrategia o planificación de cómo iniciar el ataque”, argumentó.
Caso Báez Sosa: por qué la Fiscalía pidió investigar a Juan Pedro Guarino y a Tomás ColazoDespués habló sobre la alevosía. “La prueba de la alevosía es, en primer lugar, el estado de indefensión de la víctima”, destacó mientras los acusados no dejaban de mirarlo. García en su exposición intentó probar sus dichos donde se puede observar cómo los atacantes despejaron la zona para que pudiera producirse la agresión. “Los imputados no atacaron por un solo lugar, atacaron de varios flancos”, dijo.
Su par, el fiscal Juan Manuel Dávila se encargó de explicar detenidamente cuál fue el rol que cumplieron los ocho imputados en la causa.
Antes, su colega, había afirmado: “no hubo roles, todos hicieron todo. Todos se pusieron de acuerdo para matar a Fernando de esta manera, todos lo golpearon (...) No se ve una sola mano que le hayan pegado los amigos de Fernando o el propio Fernando a los imputados. No hubo pelea”.
La otra parte
Burlando, que dirige el equipo que lleva adelante la querella, inició su alegato asegurando que se adhería completamente a la hipótesis de los fiscales. Sí se diferenció a la hora de solicitar por qué debían ser condenados a prisión perpetua.
Juicio por Fernando de Báez Sosa: Burlando pidió perpetua para los rugbistas“Se llevaron el trofeo y lo celebraron. Trataron de borrar evidencia lamiéndose prueba, la sangre de la víctima”, señaló. “Matar les dio hambre. La imagen de Fernando Báez Sosa de rodillas, pidiendo clemencia... Esa es la imagen que para esta representación justifica ni más ni menos el pedido de prisión perpetua para los acusados”.
Hombre mediático que sabe manejar a la perfección los tiempos y las palabras, buscó llegarle al corazón a los jueces con una serie de frases que sólo se pueden pronunciar en esta instancia del juicio. Las más importantes fueron:
- “Fernando Báez Sosa, de rodillas, sin levantar la mirada, levanta la mano y pide clemencia. La respuesta fue una patada a la cabeza”.
- “Fernando sufrió una cacería humana de la que fue objeto”.
- “Pidió clemencia, contemplación. La respuesta fue una patada en la cabeza, y otra más, y otra más. Era una bolsa de papas y continuaban castigándolo, pegándole patadas en su cabeza y en todo su cuerpo”.
- “Evidentemente no hemos tenido en cuenta ni siquiera cuántos fueron sus atacantes y lo que deseaban de ese ataque: la conquista era el trofeo. Celebraron, se abrazaron, comieron hamburguesas… Sin lugar a dudas creo que estas preguntas han sido respondidas en esta audiencia”.
- “Matar les dio hambre. La imagen de Fernando Báez Sosa de rodillas, pidiendo clemencia... Esa es la imagen que para esta representación justifica ni más ni menos el pedido de prisión perpetua para los acusados”.
Lo que sigue
Hoy será el turno de escuchar el alegato de Hugo Tomei, el defensor de todos los acusados. Si bien el profesional no dijo ni una palabra, su estrategia consistiría en solicitar que se cambie la imputación a todos los señalados como los autores del hecho.
Al parecer, el abogado pondrá en el debate tres cartas diferentes. Para ello solicitará que los condenen por homicidio en riña o homicidio preterintencional o homicidio con dolo eventual. El objetivo: conseguir una condena que va de los dos a los 25 años como máximo. Una pena a perpetua se traduce en 35 años.
Los acusadores saben que ese es el único camino que puede recorrer la defensa y esa es la razón por la cual expresaron su postura sobre esta cuestión.
“Sin ninguna duda que hay intención de matar (...) Hubo múltiples golpes en la cabeza y en el torso que contribuyeron a darle muerte a Fernando. Nosotros complicamos las cosas tratando de determinar cuál fue la que mató. No, señores jueces, todas contribuyeron”, destacó el fiscal García.
El acusador insistió para que no quedaran dudas. “Acá hubo un concurso premeditado de dos o más personas que se pusieron de acuerdo para matarlo y eligieron de esa manera (...) No hay posibilidad de la figura de riña. Para que haya riña tiene que haber dos grupos peleándose. No hubo pelea, no hubo dos grupos, hubo un solo grupo que le pegó a Báez Sosa”, destacó.
“Aquí hay una causa y lo que se investiga fue un asesinato, no un incidente”, explicó Burlando. “Fue un asesinato en el peor de los estados que puede tener un ser humano, que es de indefensión”, destacó.