En diciembre de 2022, la Universidad Nacional de Tucumán firmó un convenio con el instituto Malbrán para trabajar en nuevas investigaciones referidas a la salud. Junto a los beneficios que trajo este acuerdo para la provincia, hubo otro adelanto importante a nivel de accesibilidad: durante el evento, el discurso de cada una de las autoridades presentes fue traducido a lengua de señas por una intérprete. Desde ahora, dicha escena se repetirá en cada acto protocolar y ceremonial que realice la UNT.

“Este avance forma parte de una serie de iniciativas que venimos realizando, desde hace 12 años, para garantizar los derechos de las personas sordas y que ellas tengan un mejor acceso a la educación superior. En Argentina hay varias universidades que disponen de intérpretes para las reuniones o comunicados oficiales; para nosotros eso era una cuenta pendiente”, explicó Darío Mamaní, a cargo de la Dirección de Discapacidad e Inclusión Social (Disunt) de la casa de altos estudios.

La medida -destacó- resulta fundamental para facilitar la igualdad de oportunidades en el acceso a la información. Además de permitir que los ciudadanos y estudiantes con sordera logren ponerse al corriente de cualquier proyecto o suceso relevante que ocurre en el ámbito académico y el día a día institucional.

Con miras a crear espacios más accesibles para los alumnos sordos, desde ese área también se realizaron diversas capacitaciones sobre lengua de señas para el personal no docente. Especialmente con el objetivo de facilitar la comprensión y mejorar la atención en sectores como Mesa de entrada, Sección alumnos o las bibliotecas. El año pasado, los cursos contaron con la presencia de unos 70 participantes.

“Sumar intérpretes en los actos fue un gran avance que materializa institucionalmente nuestros continuos esfuerzos. Sobre todo, porque logramos ponernos como referentes para que otras instituciones hagan lo mismo. La propuesta implica un trabajo mancomunado junto a la Dirección General de Ceremonial y Protocolo y la asociación civil Comunidad”, agregó Mamaní.

Proyecciones

Aunque la noticia llegó justo para el periodo del cierre lectivo, la modalidad va a contemplarse en la agenda 2023 de la UNT. También se pretende incluir la interpretación a lengua de señas para los actos de colación de grado y realizar nuevos cursos para que el personal no pierda la práctica.

“La experiencia del primer evento fue muy gratificante y, a futuro, espero que esto se transforme en un hermoso nexo para visibilizar a las personas sordas y cubrir las necesidades informativas o mediales que ellas poseen. Lograr entender lo que ocurre alrededor y aprender sobre determinados acontecimientos genera, a su manera, empoderamiento”, comentó la profesora Ana Lucía González Hernández; intérprete en la ceremonia e integrante de Comunidad (@americanalsa).

La profesional enfatizó el valor extra que ofrece la tecnología para que los mensajes lleguen a un mayor público. “Quizás no haya gente sorda cuando ocurre la reunión, pero ese registro en lengua de señas pervive en internet, las redes sociales o las diversas plataformas que lo difunden. Disponer de contenido en formato accesible nos permite compartirlo cuando queramos o que los interesados lo vean después”, detalló.

Aportes

En cualquier actividad de traducción a lengua de señas se recomienda que, sumado a la presencia de un intérprete, haya un asesor sordo. El justificado, pasa por lograr un nexo de igual a igual y corroborar si la forma en que se plantean los relatos es óptima.

“Hace un año empecé a trabajar como asesor, hice la prueba sin experiencias previas y ahí fue cuando arranqué como orientador en las actividades de interpretación. Gracias a esa instancia pude aprender a trabajar e influir desde mi lugar como un puente en la comunicación. La profesión de intérprete y el trabajo de enseñar y aplicar la lengua de señas no es algo que se haga en solitario sino que requiere de un equipo”, acotó el estudiante de programación Agustín De Gregorio. Él es miembro de la Confederación Argentina de Sordos y es uno de los tantos tucumanos que se capacitaron -mediante una tecnicatura- para ser mediadores.

A la espera de la ley

La gran cuenta pendiente en Argentina

En 1957 la Confederación Argentina de Sordos impulsó un proyecto de ley para que la lengua de señas argentina (LSA) sea reconocida como natural, originaria y parte del patrimonio lingüístico y cultural de la comunidad sorda de nuestro país. “Desde entonces, la institución ha llevado a cabo diferentes iniciativas para que el Congreso de la Nación apruebe la Ley Federal de Lengua de Señas Argentina. No obstante, dichas solicitudes quedaron en la nada”, indica Agustín De Gregorio, integrante de la CAS.

La lengua de señas local goza de reconocimiento oficial en 62 países del mundo. En Sudamérica los únicos tres estados que aún no la contemplan en su marco normativo son Guyana, Surinam y Argentina. Este año, la confederación volvió a activar la campaña en busca de respuestas y augurando una resolución positiva.