La Capital de la Provincia, exige año a año una demanda inmobiliaria que se renueva; desde ingresantes universitarios de distintas localidades, hasta parejas o amigos que buscan independizarse y deciden cambiar de casa.

Sin embargo, esta demanda no se traduce en un alto índice de oferta, lo que vuelve cada vez más difícil encontrar una propuesta que equilibre precio, calidad y buena ubicación.

Además, el gran gasto que supone firmar un contrato por primera vez deja más lejano el impulso; hoy se habla de aproximadamente $ 80.000 en el mínimo inmueble.

“Hay mucha demanda y poca oferta, fueron cuestiones del mercado que, en cadena, hicieron que el inversor no quiera comprar departamentos para su construcción y así se van reduciendo las alternativas disponibles”, dijo Romina Gordillo, vicepresidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán.

Foco estudiantil

Martín Pérez Vera, de una inmobiliaria ubicada en Yerba Buena, consideró que el impacto de la demanda insatisfecha se ve más reflejado en barrio sur, en contraste con la zona céntrica y norte de Capital. “Los estudiantes lo buscan porque es más barato y hay muchas actividades comerciales. También están la plaza San Martín y la Belgrano, que hacen que la gente busque el verde”, planteó.

“El grupo poblacional predominante a la hora de buscar alquileres -consideró Gordillo- corresponde a estudiantes, en primer lugar, y personas que se emancipan -solos o en pareja-, en menor proporción”. Por lo tanto, los departamentos más buscados son monoambientes o aquellos que tienen dos espacios.

En cuanto al precio de alquiler, el monto varía según distintas variables; la principal es la ubicación. “Los alquileres más buscados están en el centro y barrio sur, porque es la zona en la que están las Facultades. Al no haber tanta oferta, varían los precios a partir de la avenida Alem hacia el oeste. En cuanto a valores, zona norte es un poco más caro que zona sur, porque generalmente tienen edificios de mayor categoría”, explicó.

Números

Gordillo compartió cuánto cuesta -aproximadamente- cada alquiler. Un monoambiente en Capital ronda los $ 20.000 y $ 30.000; un departamento con dos espacios, entre $ 30.000 y $ 45.000.

En tanto, Pérez Vera señaló que a esos valores hay que sumarles la opción de cochera -alrededor de $ 8.000- y dijo que en Yerba Buena los alquileres son más altos; un espacio con dos ambientes está entre $ 50.000 y $ 60.000, la mayoría con cochera incluida.

Además de la ubicación, se considera la antigüedad del edificio, si cuenta con un portero, si tiene quincho o pileta, etcétera, lo cual también influye mucho en el monto de las expensas.

“Hay edificios antiguos, con departamentos grandes y portero. En ese caso las expensas rondan entre los $ 15.000 y $ 25.000. En cambio, en los edificios nuevos cobran entre $ 6.000 y $ 15.000”, detalló Pérez Vera.

Requisitos y total

El alquiler mediante inmobiliaria tiene distintas pautas en su contrato. La mayoría de las veces, se pide contar con un solicitante y un garante -con ingreso comprobable- que no tenga la firma afectada.

En cuanto a términos monetarios, también se solicitan montos que generalmente corresponden a un mes de alquiler, más los honorarios que dependen de cada inmobiliaria. “Se piden tres meses; el del mes actual, el de garantía -que se devuelve al terminar el contrato- y un mes de honorarios”, informó Gordillo.

Siguiendo estos números, el total para firmar un contrato de alquiler de un monoambiente sería de alrededor de $ 80.000, y para un espacio con dos ambientes, $ 105.000. En el caso de que sea en Yerba Buena, las cifras suben a $ 165.000 para dos ambientes.

Sacar cuentas de este tipo desmotiva al cliente, ya que los montos podrían depender de su decisión a la hora de alquilar. Es por eso que Gordillo considera necesario una política de créditos hipotecarios que permita a los interesados comprar un inmueble.

“Hay personas que sí podrían pagar una cuota pero que no tienen la capacidad total para pagar el crédito de la compra, los bancos deberían trabajar en esta herramienta para que los individuos puedan acceder a la vivienda propia”, apuntó.

Experiencias

Facundo Briano, de Concepción, se mudó a la Capital para estudiar una carrera universitaria. Tuvo que rescindir el último contrato de alquiler, y se encuentra en búsqueda de una alternativa viable. “Está muy caro y no consigo un compañero (para dividir gastos). Quiero ver si encuentro algo que me convenga; hasta abril hay departamentos que terminan su contrato y se van desocupando, sino viajar es otra opción”, contó a LA GACETA.

El joven estudiante manifestó que sí percibió la falta de oferta en el sector inmobiliario. “Estuve viendo monoambiente y de un ambiente, están desde $ 35.000 para arriba. Los que encontré más baratos están en una mala ubicación, muy alejada del centro y la Facultad”, señaló.

Por su parte, Agustina, también abandonó el contrato del departamento que solía alquilar por el aumento que tuvo. “Estaba alquilando uno de dos ambientes, pagaba $ 30.000 y pasó a $ 60.000”, dijo.

Además, coincidió con Briano sobre los nuevos precios y agregó que las expensas están alrededor de $ 10.000 en la mayoría de los casos.

Los jóvenes aseguraron que la situación es muy compleja. Como estudiantes, deben decidir entre adaptarse a los valores que ofrecen los (pocos) alquileres disponibles o viajar a diario para poder continuar con su educación universitaria. 

(Producción periodística: Bárbara Nieva)