El Poder Ejecutivo de la Nación festejó haber evitado que la inflación de la Argentina se escriba con tres dígitos. Ese simple mensaje es transmitir una sensación no un logro técnico. El índice llegó al 94% lo que significa ratificar la gravedad de nuestra economía. Apenas terminaron el ministerio profundizó la política de control de precios. Esta modalidad que buscareducir la inflación tiene muchísimos antecedentes y todos terminaron fracasando. Si hay algo en lo que coinciden las autoridades del gobierno, los sindicalistas y los empresarios es en que la inflación a quien más perjudica es a los que menos tienen.
Hace unos días en esta misma sección editorial se analizó el rol que cumplen los controles sobre la población. Decíamos cuan perjudicial se volvían los controles si no se entendía que era en favor del ciudadano. Para que eso sea entendido así, los responsables de los controles debían buscar la comprensión, el entendimiento y la comunicación con los destinatarios de los controles. Si eso no ocurre, el control comienza con un alto nivel de debilidad.
El ministro de Economía tomó la decisión de que el gremio de los camioneros encabezara el esquema de control de precios en los supermercados. En los últimos años, Camioneros ha protagonizado episodios violentos cada vez que protestaron contra alguna firma privada. Ante la imposibilidad de conseguir los objetivos de su reclamo, la solución ha sido la violencia y la prepotencia. Después se sumaron algunas agrupaciones piqueteras para que se controlen los precios en los supermercados.
Además la forma en que se impusieron los controles no fue la más acertada. Por un lado, se eligió que la fuerza sea más importante que el diálogo. Por el otro, el propio Estado delegó su poder de policía en tercero. Es decir tomó una medida inconstitucional.
El especialista Daniel Sabsay recordó recientemente que la Carta Magna nacional precisa que “el poder de policía no es delegable y sólo puede ser ejercido por el Estado y por sus autoridades”. Por eso hasta el presidente de la Nación fue denunciado por la delegación de su poder.
Los controles de precios no sirvieron. La inflación de casi tres dígitos lo confirma. Sin volver muy atrás en la historia, en este gobierno lo intentó la ex secretaria de Comercio Paula Español que terminó armando un organismo especial. Luego Roberto Feletti intentó que fueran los intendentes los que siguieran las subas de los productos. Ahora la idea es que sean piqueteros y camioneros.
Por otra parte, hay un ejemplo muy claro donde el control de precios no funciona: el valor del dólar. Hay un sinnúmero de acciones para evitar que el precio de la moneda extranjera se eleve y lo sigue haciendo a pesar de los controles y de las monedas siamesas, pero devaluadas, con las que se trata de pagar a distintas industrias.
Es necesario que los responsables de las políticas nacionales tomen conciencia de una vez por todas que las cosas impuestas con prepotencia sólo afean nuestra democracia, pero no tienen larga vida y menos aún éxito.