Desde que fueron trasladados de Melchor Romero a Dolores para afrontar el juicio, los ocho imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa pasan sus días en el sector más duro de la Unidad Penal 6 de Dolores. “Los buzones” es el nombre carcelario que tiene el sector donde se encuentran las celdas, un lugar al que todos temen ir por la ubicación de las mismas.
“Pulsión”: cómo es la impactante novela que recrea el crimen de Fernando Báez Sosa desde una mirada particularEl nombre oficial de este sector de la Unidad Penal N°6 es "Pabellón de Separación del Área de Convivencia". Sin embargo, el renombre "los buzones" tiene motivos que prestan mucha relación con la estructura del sector.
Al espacio de calabozos se lo conoce así porque cuando las puertas de los buzones se cierran, la única vista al exterior -en este caso, hacia un pasillo-, es a través de una mirilla a media altura, una pequeña ventana en la puerta metálica por la que reciben alimento o lo que fueran a llevarles.
El “Pabellón de Separación” según la ley
En esta singular feria judicial en Dolores, con el Tribunal Oral en lo Criminal 1 dedicado a juzgar a la patota de Zárate, en la Unidad Penal 6 el P.S.A.C no cumple con las funciones que prevé la ley, que opere como sector asignado para el cumplimiento de sanciones por parte de la población carcelaria.
Según el artículo 49 de la ley de ejecución penal provincial 12.256, la separación del área de convivencia como castigo constituye un agravamiento de las condiciones de detención. Por eso se contempla como la modalidad de sanción más rigurosa y se prevén límites específicos de tiempo y procedimiento.
Antes del arribo de los rugbistas, las celdas fueron reacondicionadas. Se arreglaron paredes, se pintó y se colocaron colchones en las camas que son de cemento. Hay dos camas por celda, una adosada a cada pared lateral, y todas tienen letrina. Hay una sola ducha y los rugbiers la usan una vez al día vigilados por un guardiacárcel, que no les pierde pisada.
Cómo son trasladados de los rugbistas hasta Tribunales
A la sala de audiencias del primer piso de los Tribunales, los rugbistas son llevados esposados por la espalda, y mientras avanzan en fila india desde los calabozos ubicados en la planta baja de los Tribunales (un ida y vuelta que se repitió dos tres o tres veces al día las últimas dos semanas), un agente del Servicio Penitenciario guía a cada uno con una mano sobre las esposas y otra en la nuca, obligándolos a bajar la cabeza.
“Es que son respetuosos, correctos. Por eso la custodia es de un solo hombre, distinto es cuando se traslada a otro tipo de detenido, más agresivo, siempre mal predispuesto”, dijo un agente penitenciario de la ciudad de Dolores.
Los rugbistas imputados, y que por estos días son acusados por el Tribunal Oral en lo Criminal de Dolores, permanecerán en ese lugar, en principio, hasta que los jueces dicten sentencia que podría darse a conocer el próximo 31 de enero.