Este lunes dio inicio la tercera semana de audiencias por el crimen de Fernando Báez Sosa. El Tribunal de Dolores recibe a numerosas personas que prestan declaraciones, a familiares del joven asesinado, a los ocho rugbistas acusados y también a sus familias. En este marco, algo que llamó la atención de muchos presentes fue el extraño comportamiento del padre de Máximo Thomsen, el joven rugbista más comprometido en la causa. El hombre se muestra nervioso en las audiencias cada vez que nombran a su hijo, sensaciones que no demostró durante la primera semana de juicio.
Juicio por Fernando Báez Sosa: quién es el rugbier 11Tanto Marcial Thomsen como Rosalía Zárate, padres de Máximo, presencian seguido las audiencias del juicio donde acusan a su hijo por asesinato. En los últimos días, el hombre dijo al diario La Nación que las declaraciones de los amigos de Fernando le “daban esperanzas”, ya que “si ellos que estaban ahí (con la víctima) tuvieron afirmaciones vagas, qué pueden decir otros testigos que no estuvieron”.
Los nervios e inquietud de Marcial Thomsen
En las últimas horas trascendió el llamativo comportamiento que presenta Marcial durante las audiencias. Aseguran que durante las audiencias, revisa el celular e incluso sale en varias ocasiones de la sala cuando los testigos nombran a su hijo. Lo más llamativo fue que en una de esas oportunidades, al salir del tribunal, dio tres vueltas a la manzana, como para calmarse.
Desde el comienzo del proceso Marcial Thomsen y Rosalía Zárate siempre estuvieron presentes en las audiencias, escuchan con atención lo que dice cada testigo, miran los videos, y al terminar las audiencias ven a su hijo en la alcaldía, donde le llevan comida y agua. Ahora, la tranquilidad de ambos habría cambiado ya que la situación judicial que enfrenta Máximo no sería de “esperanzas”.
Máximo Thomsen, quién fue el autor de la patada mortal a Fernando, es el rugbista más complicado en el proceso y es el que podría recibir prisión perpetua, la pena prevista para el cargo de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” por el que se los juzga a él y al resto de los acusados.