El teatro era el espectáculo más convocante en los primeras décadas del siglo XX y Tucumán no era la excepción. Los tres teatros, el Odeón (hoy San Martín), el Alberdi y el municipal Belgrano traían a la provincia las más reconocidas compañías teatrales nacionales, que eran esperadas con gran expectativa: hasta el público típicamente cinéfilo se acercaba a las salas teatrales para ver en acción a algunos de los más reconocidos actores de la época. En mayo de 1926, la empresa que administraba el Odeón, convocó en a la compañía de drama y comedia de Nicolás Fregues, un gran actor de los escenarios porteños que compartió marquesina con los más renombrados del momento y posteriores.
Dejemos por un momento su actuación en Tucumán. Para fijarnos en la carrera del actor tras varios años de actuación teatral fue tentado por el cine. En 1938 debuta en la pantalla grande con la película Pampa y cielo de Raúl Gurruchaga y comenzó una fulgurante carrera que tuvo uno de sus mejores momento en 1955, aunque el film del que era parte del elenco se estrenó en 1953, cuando “La mujer de las camelias” de Ernesto Arancibia ganó el primer premio Globo de Oro de nuestra historia. Cabe recordar esto ya que en los últimos días el film “Argentina 1985” se alzó con el mismo galardón. La mujer era una adaptación de la famosa novela “La dama de las camelias” de Alejandro Dumas (h) del propio director Arancibia. El filme se desarrollaba en Buenos Aires y Mar del Plata y la protagonista no padece tuiberculosis como en la obra de Dumas sino algún tipo de demencia que la lleva a suicidarse en las aguas del Riachuelo. La película era protagonizada por Zully Moreno, Carlos Thompson, Santiago Gómez Cou, Mona Maris y Fregues entre otros. Debemos recordar que loas filmes de aquella época tenían una fuerte impronta justicialista y coincidente con el gobierno de turno. Otro dato curioso es el Zully Moreno es la protagonista de “Dios se lo pague” junto a Arturo de Córdoba que tiene el privilegio de ser el primer film argentino nominado a un Oscar en 1947.
Sobre Fregues se desconoce su fecha de nacimiento. En 1946 integra la lista de La Agrupación de Actores Democráticos, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, y cuya junta directiva estaba integrada por Pablo Racioppi, Lydia Lamaison, Pascual Nacaratti, Alberto Barcel y Domingo Mania. El actor fue parte del elenco que en 1941 protagonizó la película Boina Blanca que relata los inicios del partido radical con la toma del parque de artillería al tiempo que cuenta una historia de amor de la protagonista. Fallece el 21 de julio de 1958.
Debut en el Odeón
Volviendo a 1926 LA GACETA anunciaba que el debut se produciría con la obra en tres actos “La luz de un fósforo”, del reconocido autor Pedro Pico, “obra exclusiva de este elenco. La crónica sigue así: cada instante que transcurre se acentúa el interés del público por asistir a la presentación de la compañía, que viene rodeada de un gran prestigio. No obstante ser la tercera temporada de comedia ofrecida en el transcurso de dos meses, los aficionados al teatro serio sienten cada vez mayor entusiasmo”.
Nuestro diario señalaba que el ambiente era propicio para la llegada de Fregues -”bien se lo merece este primer actor cuyo valor estriba en el criterio sereno y la labor sobria, sin ambiciones prematuras ni exagerados entusiasmos”- y hacía un breve repaso de su historia: “su actuación desde primer galán hasta su ascenso a primer actor ha sido brillante, inteligente, definida; la metrópoli le ha juzgado con aplausos y las ciudades por donde ha pasado, en su viaje a ésta, han ratificado su triunfo”. La obra elegida para el debut era una comedia de enredos y la cabeza femenina del elenco era Carmen Casnell, de quien el diario destacaba: “su actividad artística no ha pasado desapercibida, ni muchos menos, en los escenarios nacionales. Buenos Aires le ha otorgado las palmas del éxito, no ahora, sino desde su iniciación. Es joven, tiene inteligencia y posee cualidades excepcionales para la dominación de su difícil arte: nació para el teatro y a él consagró sus esfuerzos”.
La actriz se ganó al público tucumano y nuestro cronista lo señala así: “ha probado sus méritos, marcando un definitivo progreso desde la última vez que se presentó entre nosotros; su actuación en esa temporada se mostró en forma franca y precisa, creando tipos reales ahondando psicologías complicadas y haciendo vibrar su alma en el combate pasional de sus protagonistas”. En una entrevista la actriz señaló que le agradaba el teatro nacional. “Y lo cultivo con cariño, su modalidad, nueva en la escena me atrae; su provenir es claro y brillante, merced al talento de muchos autores y actores que lo cultivan”, agregó. Y así la describió el cronista: “una extraña luz brilla en sus ojos; el fuego sacro de su amor por el arte levanta una hoguera en su pecho e ilumina sus pupilas”.
Cerca de 40 funciones
Las actuaciones se extendieron unos 20 días con doble función: media tarde y noche, como se acostumbraba en aquellos años. El elenco traía en carpeta varias obras reconocidas, entre las que se destacaron: “La importancia de llamarse Ernesto” de Oscar Wilde; “La gota de agua”, de César Iglesias Paz finalizada por León Pagano; “La emigrada”, de Vicente Martínez Cuitiño, “El derecho de amar”, de Max Norman; “Cándida”, de Bernard Shaw; “Hombres de honor”, de Armando Discépolo, y “La casa de los fantasmas”, de Arturo Capdevila. Además se repuso “Israel”, de Henry Berstein, y esta segunda presentación fue más festejada que la primera, porque los actores se presentaron más afiatados en el escenario. El crítico escribió: “cosecharon calurosos aplausos, debido a la buena interpretación de sus respectivos papeles, que salieron admirablemente bordados y detallados con precisión y arte”.
Teatro y fútbol
La popularidad del teatro era innegable y lo demuestra el hecho de que las presentaciones se hacían siempre a sala llena; muchas de las funciones se proponían a beneficio de alguna entidad o personaje. También había homenajes: por ejemplo, aprovechando la presencia en la provincia de equipos como Boca Juniors, Racing Club, Platense o Rosario Central, las actuaciones estaba dedicadas esos equipos, así como a la Federación y a la Liga.
El ciclo de presentaciones de Fregues se cerró con la comedia dramática “El pescador de sombra”, del autor francés Jean Seamant.
La temporada teatral aquel año fue inolvidable y nuestras páginas lo expresaban así: “el presente año teatral es fecundo con novedades de todo género, por nuestros escenarios habrán de desfilar, según datos concretos que poseemos, los espectáculos mejores y más variados, escogidos entre innumerable que hay y van a Buenos Aires”. En los primeros meses pasaron por el Odeón la compañía de Gloria Ferrandiz, y la de José Gómez, además de la de Fregues. Luego, durante 15 días, el escenario quedó en silencio, a la espera, en los primeros días de julio, de la “gran compañía lírica española, que dirigía el maestro Rando.
NIcolás Fregues actuó en 1926, décadas antes de obtener el premio por La mujer de las Camelias