“Esta es la vida que elegimos. Y una cosa está clara, ninguno verá el cielo”.
Paul Newman - Camino a la Perdición
Perdón Fiscal: Recaudar en año electoral
“Este año me lleno de plata. Será otro 2017”, afirma desde las cálidas playas del este, un profesional del “arte” impositivo. Es que, con el próximo blanqueo, el Estado no será el único gran beneficiado. Los tributaristas, ya están engolosinados gastando a cuenta de lo que vendría, de aprobarse el nuevo perdón fiscal.
“Es tan barato el blanqueo que resulta muy atractivo”, agrega nuestro asesor impositivo. El proyecto supone que quien declare voluntariamente antes del 31 de marzo, pagará 2.5% en caso de ingresar el dinero al país y 5% de mantenerlo en el exterior. Además, la alícuota efectiva se vería disminuida debido a la brecha cambiaria. Mientras que los activos se valúan a dólar “real” (mep, blue o contado con liquidación), el cálculo del impuesto se hace a dólar oficial. ¡Bingo!
Al Estado parece no importarle lo barato que es ser evasor. Sea como sea, hay que recaudar en año electoral. Hay planes y votos que pagar.
Presente barato, futuro caro
“A mí no me enganchan más. Ya caí con Macri que me prometió llevar la alícuota a cero y aquí estamos. No sólo pagando bienes personales sino también el impuesto a la riqueza”, rezongaba un contribuyente mientras “cafeteaba” por la Calle San Martín. “Te olvidaste de sumarle el proyecto del Impuesto a la Herencia, que anduvo dando vueltas un año atrás”, remataba su interlocutor.
Inseguridad jurídica y ausencia de estabilidad económica explican la falta de incentivos para entrar a un nuevo blanqueo. El sexto desde la vuelta a la democracia.
La presión fiscal en ascenso a su vez genera un Estado grandilocuente. Su ineficiencia, se traduce en beneficios inexistentes para los contribuyentes.
El problema per se no es la alta carga impositiva. Muchos países desarrollados tienen una presión fiscal más alta que la nuestra, pero gozan de beneficios de un Estado presente. No es el caso de Argentina, con un tamaño del Estado que representa casi la mitad de nuestra economía.
Pero a todo esto ¿qué dice el acuerdo?
“Es oficial. EL IRS informó en su página la entrada en vigencia del Acuerdo”, se leía en un chat de asesores dedicados a la Planificación Patrimonial. Era martes 3 de enero. Tras el feriado de Año Nuevo en EEUU, la Autoridad Fiscal americana, IRS, había anunciado en su web que Argentina cumplió con los procedimientos internos necesarios.
Ello implica que, a partir de 2024, nuestros país enviará información a los Estados Unidos de contribuyentes americanos con cuentas radicadas localmente. “Ni los argentinos quieren tener la plata aquí. Dudo que un extranjero la esconda en una cuenta local”, mencionaban por los pasillos de una entidad financiera.
Para que existe reciprocidad, es decir que Estados Unidos envíe información de argentinos, debe notificarse el cumplimiento del párrafo 7 del artículo 2, el cual establece que “Argentina cumple con las garantías necesarias en cuanto a la seguridad en el manejo de la información y la infraestructura para la realización de un intercambio efectivo”.
La sutil diferencia del envío de información A Estados Unidos y la información RECIBIDA desde Estados Unidos. Hasta ahora, sólo estaríamos cumpliendo con el primer punto.
Secreto bancario vs voracidad fiscal
Según el ranking publicado por Tax Justice Network, Estados Unidos lidera el Índice de Secreto Financiero. Este índice buscar medir los países que favorecen el ocultamiento de riqueza. Peldaños abajo, en la misma lista, se encuentran países del G7 como Reino Unido, Japón, Alemania e Italia.
El delicado equilibrio entre privacidad y transparencia se está volviendo más inestable. Es tal la voracidad del fisco americano, que algunos ciudadanos estadounidenses no residentes renunciaron a su ciudadanía para evitar una doble carga tributaria. Asimismo, muchas instituciones financieras alrededor del mundo declinan la apertura de cuentas de ciudadanos americanos.
Estados Unidos, con la centena de Acuerdos firmados, recibe mucha información de contribuyentes, sin embargo, la información que brinda es escasa. Ello explica por qué lidera el Índice anteriormente mencionado.
Cuestión de Tiempo
Existe cierto consenso entre especialistas sobre lo celoso que es Estados Unidos con el envío de información. El intercambio que hoy realiza con los 113 países con los cuales firmó Acuerdos como el vigente con Argentina, nunca implicó un intercambio de forma automática, sino a pedido de las contrapartes.
Hoy el intercambio no es recíproco, ni automático ni periódico. Situación que, en algún momento podría revertirse, debido a los numerosos pedidos de reciprocidad en pos de la transparencia.
Ante el desconocimiento del público en general, la firma del Acuerdo es la excusa ideal para presionar a los evasores a entrar a un blanqueo. Los más pícaros sacan beneficios de ello. Contadores y Estado, recaudarán, y evasores aprovecharán para poder gastar lo que hoy está atrapado en la clandestinidad.
“Este proyecto beneficiará más a quienes quieran generar una eventual caja “negra” a futuro, que a quienes tengan una cuenta en Estados Unidos”, guiñando el ojo, saluda desde lejos y se despide nuestro contador. Es tarde, y quiere darse un nuevo chapuzón.