De los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen es el más complicado. Los testigos que declararon frente al Tribunal durante la primera semana coincidieron en afirmar que él fue el que más golpeó a la víctima, y que incluso le pegó patadas en la cabeza. 

De los doce amigos de Fernando que se sentaron frente al Tribunal Oral Criminal N°1, cuatro de ellos se refirieron a Thomsen.

Lucas Filardi dijo que el imputado le pegó a Báez Sosa en el pecho cuando ya estaba en el piso; Juan Bautista Besuzzo y Lucas Begide hablaron de “patadas en la mandíbula”. Luciano Nahuel Bonamaison, por su parte, sentenció: “Vi cómo Máximo Thomsen, a quien reconocí en la rueda, le pegó una patada a Fernando con odio, con brutalidad, con intención de matar”, expresó.

En la tercera jornada del juicio, las declaraciones de los empleados de seguridad de Le Brique, que intervinieron en la pelea y dieron salida a ambos grupos, tampoco favorecieron al rugbier.

Caso Báez Sosa: “En 20 años nunca vi tanta brutalidad”, aseguró un patovica

Alejandro “Chiqui” Muñoz, el jefe de seguridad de Le Brique al momento del crimen de Fernando Báez Sosa, contó que durante la madrugada del 18 de enero de 2020 necesitó pedir ayuda para expulsar a Thomsen del local bailable. “En 20 años nunca vi tanta brutalidad”, aseguró un patovica.

Los ocho rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa Infocielo

Otro de los testimonios que complicó a Thomsen fue el de Tomás Bidonde, un joven que la noche del crimen estaba en Le Brique, y que se convirtió en testigo presencial del hecho. 

“Le pegó patadas en la cabeza al chico que después falleció”, dijo y destacó la “agresividad” de los golpes a los que describió como “puntinazos”.

Por su parte, el taxista Marcos Damián Acevedo dijo que presenció la golpiza desde su vehículo. Relató la trama del ataque grupal y sostuvo que Thomsen “remató” con patadas.

Sebastián Ariel Saldaño, otro testigo presencial del hecho, que trabajaba en un kiosco situado a pocos metros del lugar del ataque, declaró algo similar. Dijo que vio a Fernando en el piso recibiendo golpes de puño y patadas que le propinaba Máximo Thomsen.

Caso Báez Sosa: “Vi pasar a los acusados festejando; contentos”

El testimonio de Andrea Ranno, la empleada del Hotel Inti Huasi, fue clave. Ella vio la fuga de los rugbiers y los escuchó sentirse orgullosos de lo que habían hecho. 

La mujer relató que vio a Thomsen como “sacado” y “fuera de sí”. “Iba con la cabeza baja y los puños cerrados y haciendo este sonido”, dijo, mientras golpeaba el piso con sus pies. También identificó a Matías Benicelli como quien corría atrás, “el de rodetito”.

Máximo Thomsen y la falsa acusación contra Pablo Ventura

En la jornada del viernes declaró uno de los policías que estuvieron en el allanamiento de detención de los imputados. Se trata de Mariano Vivas, miembro de la Policía de Villa Gesell. 

El oficial contó que fue Máximo Thomsen el que inculpó a Pablo Ventura, un remero de Zárate que quedó detenido tras el asesinato de Fernando Báez Sosa. Días más tarde lo liberaron porque se comprobó que ni siquiera había estado en Villa Gesell ese día. 

"Máximo Thomsen fue quién dijo que la zapatilla con sangre era de Pablo Ventura", indicó Mariano Vivas, Policía de Villa Gesell. Luego de su extensa declaración en el TOC 1 de Dolores, Vivas habló con la prensa sobre su testimonio.