Ya ha pasado casi una década desde que Michael Schumacher sufrió el accidente que le cambió la vida. El martes, el legendario piloto alemán de Fórmula 1 cumplió 54 años de vida, aunque desde aquel fatídico 29 de diciembre de 2013 es muy poco lo que se sabe de quien fuera el personaje más famoso del automovilismo entre mediados de la década del 90 y principios de la del 2000. Por decisión de la familia, y en especial de su esposa Corinna, se guarda estricta reserva sobre el estado de salud del “Kaiser”, siete veces campeón de la Fórmula 1. luego del desgraciado episodio que sufrió mientras esquiaba en los Alpes Franceses, disfrutando de su retiro. En esa oportunidad, el ex piloto de Ferrari cumplía con un descenso a la montaña de Salulire, ubicada bajo el pico de Burguin, cuando de repente se salió de la pista y tomó rumbo a una zona delimitada. Para su mala fortuna, ese recorrido estaba lleno de piedras que habían sido cubiertas por una pequeña capa de nieve, por lo que perdió el control y sufrió un fuerte impacto en la cabeza que le provocó serias lesiones y lo dejó en coma.

Desde entonces, cada cumpleaños de “Schumi” reaviva el debate y las preguntas acerca de su verdadero estado de salud y sobre la posibilidad de volver a verlo en público. Lo poco que se conoce es lo que la propia familia ha revelado a través de sus portavoces, ya que existe un estricto pacto de silencio al respecto, que involucra no solo a los familiares sino también al equipo de médicos y enfermeros que lo asiste en su casa en Ginebra.

“Extraño a Michael cada día, pero no solo yo. Son los chicos, la familia, su padre... Todos los que lo rodean. Todo el mundo lo quiere mucho, pero él está aquí. Diferente, pero está aquí, y eso nos da fuerza”, expresó Corinna.

Debido al hermetismo sobre la situación de Schumacher, se han tejido numerosas teorías al respecto. Mientras algunos sostienen que el heptacampeón salió del estado vegetativo y hasta pudo dar unos pocos pasos y tener momentos de conciencia, hay quienes aseguran que continúa postrado y sobrevive solo mediante asistencia de máquinas. Lo que está claro es que, de recuperarse, no volverá a su estado previo al accidente.

En un momento, trascendió que “Schumi” sería sometido a una terapia experimental con células madre para regenerar aquellos tejidos dañados de su cerebro. De todas formas, uno de los impedimentos que surgían estaba relacionado con su largo reposo en cama, del que nunca pudo salir: Schumacher padece de degeneración muscular y osteoporosis. Además, el tratamiento solo había sido probado en animales y costaba 140.000 dólares a la semana. Hasta el momento, se desconoce si el procedimiento fue efectivamente llevado a cabo y si tuvo algún efecto.

Por lo pronto, en su cumpleaños hubo un detalle que llamó la atención: se reveló un regalo que su hija Gina recibió por su cumpleaños, una hebilla de equitación que lleva la firma de Michael, algo que no se veía desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el día a día del gran piloto alemán sigue vedado al resto del mundo, y con cada cumpleaños se desvanece un poco más la esperanza de los fanáticos del automovilismo de volver a verlo con vida.