BRASILIA, Brasil. - Un hombre detenido por intentar hacer estallar una bomba en una protesta contra el resultado electoral de Brasil se inspiró en el llamamiento a armarse del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro para crear un arsenal, según su testimonio policial.

George Washington de Oliveira Sousa confesó que quería iniciar “un caos” y conseguir que se decretara el estado de sitio en el país “para impedir la instauración del comunismo en Brasil”. Ha sido acusado de terrorismo.

El artefacto explosivo fue introducido a un camión cisterna de transporte de combustibles, y desactivado el sábado, por la policía, antes de que el vehículo llegara hasta el aeropuerto internacional de Brasilia. El plan era hacerlo estallar el domingo, cerca del aeropuerto de Brasilia.

El incidente añadió una nueva dimensión a la violencia poselectoral en Brasil, donde la tensión sigue alta tras las elecciones más reñidas en décadas.

El ministro de Justicia entrante, Flavio Dino, dijo en una entrevista televisiva que será necesario reforzar la seguridad para la toma de posesión el 1 de enero, cuando el presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, asuma por tercera vez como presidente.

“No estamos hablando de un lobo solitario -dijo Dino sobre Sousa-. Hay gente poderosa detrás de esto y la policía investigará. No permitiremos el terrorismo político en Brasil”.

El primer abogado de Sousa, Wallison dos Reis Pereira, dijo que había confesado y que estaba cooperando con la policía. Su actual abogado, Jorge Chediak, dijo que aún no había hablado con Sousa, que está en la cárcel, pero afirmó que su confesión a la policía estaba llena de “contradicciones”.

Sousa, de 54 años y gerente de una estación de servicio del norteño estado de Pará, dijo a la policía que fueron las denuncias de fraude electoral que hizo -sin fundamentos- Bolsonaro, inspiró su viaje a la capital el 12 de diciembre.

Tras llegar a Brasilia, se unió a una acampada de partidarios de Bolsonaro frente al cuartel general del Ejército que pedían un golpe de Estado

“Mi viaje a Brasilia fue para unirme a las protestas frente al cuartel general del ejército y esperar a que las fuerzas armadas me autorizaran a tomar las armas y destruir el comunismo”, dijo, en su testimonio.

El acusado admitió que el atentado fue planeado con otros bolsonaristas que están acampados frente al cuartel general del Ejército en Brasilia para forzar un golpe de Estado que evite la investidura de Lula el domingo próximo.

Agregó que tenían la intención de llevar adelante dos atentados. “Decidí elaborar un plan con los manifestantes del Cuartel General del Ejército para provocar la intervención de las Fuerzas Armadas y la declaración del estado de sitio para impedir la instauración del comunismo en Brasil”, afirmó.

Sousa relato que se había convertido en un propietario de armas registrado en octubre del año pasado, uniéndose a un grupo que se ha sextuplicado a casi 700.000 personas desde que Bolsonaro fue elegido en 2018 y comenzó a flexibilizar las leyes sobre posesión de armamento.

El terrorista dijo que había invertido casi 160.000 reales (30.800 dólares) desde entonces en su arsenal. Llevó dos escopetas calibre 12, dos revólveres, tres pistolas, un rifle, más de mil cartuchos y cinco cartuchos de dinamita en su viaje a Brasilia.

“Lo que me motivó a comprar las armas fueron las palabras del presidente Bolsonaro, que siempre enfatizó en la importancia de que los civiles estén armados diciendo: 'Una población armada nunca será esclavizada’”, dijo Sousa. (Reuters)