Generalmente, el término federalismo se potencia cuando hay conflictos o pugnas de distribución, ya sea entre la Nación y las provincias o entre regiones del país. La realidad histórica nos muestra que hay una amplia concentración de la riqueza en la zona núcleo de distritos económicamente más ricos por la extensión de su territorio y por la cercanía hacia el puerto, para sacar la producción hacia otros destinos extranjeros.
A nivel nacional, un objetivo de política es lograr un desarrollo económico armónico, de modo que no haya diferencias sustanciales entre las regiones. En cambio, debe presumirse que cada provincia busca ser mejor que las demás, atrayendo inversiones para generar más empleo y mayor bienestar, advierte el economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), Jorge Day. Siendo así, un interrogante es si las provincias pueden diferenciarse del promedio nacional en materia de crecimiento. “Como telón de fondo existe una pobre performance en materia de ingresos en la población de la mayoría de las provincias en la última década, por la persistente estanflación, lo que se pone en evidencia si se compara con otros países”, señala el investigador.
Los datos de 2022 muestran que los mayores sueldos en el sector privado se pagan en las provincias patagónicas, por gas, petróleo y regímenes especiales, con guarismos superiores a los U$S 1.500 (tipo de cambio oficial). Por encima del promedio también se encuentra la Ciudad de Buenos Aires; mientras que la parte inferior del ranking es ocupada por varias jurisdicciones norteñas, con remuneraciones entre U$S 770 y U$S 850/mes, caso de Santiago del Estero, Misiones, La Rioja, Tucumán y Chaco.
Considerando la dinámica, no la fotografía, se tiene que en los últimos 20 años la masa salarial privada tuvo una importante mejora en la primera década de este siglo, pero a partir de 2013 comienza un recorrido inverso, aunque con oscilaciones. Entre 2013 y 2022 se registra una caída de la masa salarial privada de 16 % en términos reales, según el diagnóstico del IERAL.
Las provincias grandes marcan el ritmo nacional; de las tres (incluye a Santa Fe), la mejor dinámica de ingresos corresponde a Córdoba (por empleo), y la peor a Buenos Aires (por salarios). Entre las jurisdicciones que no copian exactamente la tendencia nacional se encuentran las patagónicas: presentan un salto de nivel casi a fines de la primera década de 2000, y luego siguen la dinámica nacional. En Santa Cruz, el incremento se da tanto en empleo como en salarios. Ídem en Neuquén, siendo más fuerte el impulso en empleo. En cambio, en Chubut pesó más el aumento en salarios. Los sueldos son los más elevados del país por el peso de la actividad petrolera y gasífera.
De las provincias norteñas se destacan Chaco, Formosa y Santiago del Estero, y el impulso se explica por mayor empleo, principalmente por la expansión de la frontera agrícola, particularmente de la soja. Otras con buen desempeño han sido Tierra del Fuego, con impulso en la primera parte de los 2010 que se explica por salarios y luego vuelve a la dinámica nacional. En San Juan el fenómeno fue transitorio, asociado al boom minero. En Salta, como en otras provincias norteñas, el impulso se explica más por empleo. Con peor performance, la Ciudad de Buenos Aires, Catamarca, La Rioja y San Luis que, en algún momento, brindaron impulso a través de la promoción industrial.
¿Por qué son diferentes los salarios en las provincias? Day explica que hay dos factores relevantes que contribuyen a remarcar las notables diferencias en el nivel de ingresos.
- Uno es su estructura productiva, que depende de su ubicación geográfica y sus recursos naturales. “Geográficamente, las jurisdicciones más beneficiadas son las que son más cerca de los puertos o de la capital del país. Tienden a ser grandes centros de consumo”, indica el economista. Eso les permite desarrollar actividades que no están vinculadas con sus recursos naturales (por ejemplo, industria automotriz). En cambio, en las que están más alejadas, su estructura productiva depende esencialmente de sus recursos naturales. En cuanto a esos recursos, en algunas provincias, hay abundancia, como Córdoba y Buenos Aires, y en otros, escasean, como La Rioja. En otras, hay pocos, pero muy valiosos (mineros y petroleros). Estas últimas pueden tener mejores ingresos, pero pueden ser vulnerables, sujetas a los precios internacionales de esos recursos.
- Otro factor asociado al nivel de los ingresos es el entorno creado en cada región. Eso incluye la calidad de vida y los bienes públicos (contar con buenos servicios, seguridad, etc.). También se considera el ambiente favorable al desarrollo de negocios (trámites, servicios para empresas, presión impositiva, etc.), acota el experto.
La macroeconomía pesa más en la dinámica de los ingresos monetarios de cada región, mientras que la estructura productiva y el entorno influyen más en el nivel relativo de los ingresos (si se gana más o menos que en otras regiones).
Sin embargo surgen tres cuestiones que condicionan la dinámica de los ingresos.
- La primera es que un gobierno provincial casi no tiene influencia o injerencia en cambiar la macroeconomía. No es responsable de la inflación, el dólar, las tasas de interés, etc. En cambio, puede influir en la estructura económica, especialmente potenciando el aprovechamiento de sus recursos. Una manera de hacerlo es eliminando trabas y restricciones. También puede intentar mejorar el entorno provincial, prestando mejores bienes públicos y reduciendo los costos monetarios y en tiempo de distintos trámites
- Un segundo punto es que el rol de un gobierno provincial va más allá de su ministerio de economía o de hacienda. Por ejemplo, en algunos distritos se valora su calidad de vida, pero le juega en contra la inseguridad, tema que está a cargo de otro ministerio.
-Una tercera consecuencia es que una buena política económica provincial puede ayudar a elevar el nivel de los ingresos de su sociedad. Por ejemplo, permitiendo un mejor aprovechamiento de sus recursos, el salario promedio puede aumentar por encima del promedio nacional durante un tiempo; fenómeno que se ha observado en varias provincias patagónicas. Pero, posteriormente seguirá la tendencia nacional. Es decir, difícil que los ingresos de una región crezcan indefinidamente por encima de la dinámica nacional.
“En suma, y tomando en cuenta la hipótesis regional, la política económica nacional determina la evolución de los ingresos, y una provincial puede contribuir a saltar de nivel, aunque no es una tarea sencilla”, finaliza Day.