Carlos Duguech
Analista internacional
Desde el 24 de febrero los ucranianos, los rusos, los otros europeos, el mundo casi entero, están participando de una épica que se está escribiendo. Con sangre, escombros, amenazas, imputaciones variadas. Día a día, noche a noche. Con dolor, desesperación, abandonos y despojamiento. Parafraseado a Don Ata, “con las hilachitas de una esperanza, tejen sus sueños (de paz) los ucranianos”. No hay horizontes llanos, serenos, ni firmes líneas con vocación de desarrollo hacia mejores tiempos. El mundo cristiano ha generalizado tanto la Navidad que el 24 de diciembre de la “Nochebuena” en Ucrania (y en Rusia, la de Putin, hay que marcarlo cada vez) se cumplirán 10 meses del experimento guerrero lanzado por el presidente ruso. Experimento que, desde Rusia, se denomina con diversidad de eufemismos para no utilizar la palabra guerra que define esta historia de violencia con armas de fuego de mano, cañones y bombardeo aéreo y con misiles implacables. Y la moderna inclusión de dones armados, destructivos.
¿Habrá pausa de la ferocidad guerrera en la Nochebuena? ¿Desde qué lado? ¿O de los dos? Putin incluyó entre otras enmiendas a la constitución de Rusia la palabra Dios en el preámbulo, a instancias del patriarca ortodoxo de su país. ¿Modificará en algo su agresiva gestión guerrera en la “Nochebuena”? Con Putin -se va aprendiendo como en una cátedra bien estructurada- que nada se puede prever. Él maneja su “lógica”; sólo él es la voz de Rusia. Si no, que lo diga el premio Nobel de la Paz 2021, el ruso Dimitry Muratov, editor del diario Novaya Gaceta, que fue impedido de publicar informaciones u opiniones ¡en las que se emplee la palabra “guerra”!
El abrazo del oso
Hasta ahora Putin lanzó y mantiene una guerra de invasión y conquista sobre territorio de Ucrania, en soledad. Ucrania, sin embargo, tiene el apoyo de financiamiento, armamento y municiones en contra de Rusia. Y, además, por acciones de comercio y transacciones financieras y sanciones en distintos organismos internacionales.
Putin, tal vez necesitado -no obstante su egocentrismo evidente- de hallar un aliado concreto, apela a sugerirle a Bielorrusia que le acompañe militarmente en lo que constituirá, por la conformación que se advierte en el mapa de los tres países, un verdadero abrazo de oso a Ucrania. El brazo izquierdo del oso, Rusia y el derecho, Bielorussia.
El “General Invierno”
Tiene fama, desde la primera guerra mundial y no solicita el retiro. Mala fama, necesario es precisar. Sobre todo para los que pretendían doblegar a las fuerzas rusas los que rememoran, entre otros, a Napoleón Bonaparte, cuyo gran ejército no pudo contra el “General Invierno”. Casi siempre las bajísimas temperaturas de congelación -imposible de detener- fueron el escollo que nadie pudo vencer en su invasión guerrera sobre Rusia, del imperio que fuese. Durante la IIGM la Alemania nazi sufrió las consecuencias de bajísimas temperaturas que diezmaron sus tropas. También, en muchas ocasiones, las propias fuerzas rusas no pudieron sobrevivir a temperaturas que rondaban entre los 35 a 40 grados bajo cero.
Esta vez Putin pretende en su escalada guerrera de invierno utilizar el “abrazo del oso” (con el brazo que pretende la facilite Bielorrusia) y con la táctica brutal del “General Invierno” para doblegar militarmente a las fuerzas ucranianas. Sus planes de contingencia, por ahora.
¿La tentación de Zelenski?
Imaginar a Ucrania invadida desde dos frentes, el oriental ruso y el norteño, bielorruso, así las cosas, Ucrania se verá en gravísimo compromiso. Muy probablemente no podrá afrontar por mucho tiempo, sin pérdidas. Si se ve asediado de ese modo se tentará invitando (o pidiendo con vehemencia) a otras fuerzas militares. Si hubiera que atarse a las normas de la Carta de la ONU, bien podría la organización internacional aplicar lo previsto en el Capítulo VII: “Acción en caso de amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o actos de agresión”. Una foto de la realidad lo justificaría plenamente (caso guerra de Corea), desde el 24 de febrero, cuando Rusia invade a sangre y juego Ucrania. Pero… el artículo 39 que sigue a ese título precitado establece que “El Consejo de Seguridad (CS) determinará la existencia de toda amenaza. etc. etc.”. ¡Nada puede hacer Ucrania si uno de los “dueños” del CS es el agresor Rusia! A fojas cero. Ironías del sistema de la ONU. Perversidad del “Quinteto de la muerte” (Los cinco del CS con poder de veto).
Irán y las mujeres. La ONU
La Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer -creada en 1946, un año después de la fundación de Naciones Unidas- es el más encumbrado organismo sobre género de la organización internacional. Llama la atención que sólo en abril de este año la República Islámica de Irán se haya incorporado. ¡Después de 76 años desde su creación! Fue una muy buena señal tomada, sin embargo, con alguna desconfianza por la mayoría de los integrantes de la Comisión. Comprensible, dados los antecedentes. Y los recientes comportamientos de Irán respecto de los derechos humanos. Los de la mujer, en particular. La detención de la joven Masha Amina, por llevar mal puesto el velo, hiyab, en un establecimiento oficial de la Policía de la Moral -ocupada de vigilar el cumplimento de las normas sobre vestimenta y conductas públicas de las iraníes, especialmente, generó oleadas de protestas en Irán. Desde mediados de septiembre, luego de conocerse su muerte en el lugar de su detención, despertó con desmesurada violencia por las fuerzas policiales. Amnistía Internacional y otras organizaciones dan cuenta de que Irán utiliza la pena de muerte (sin juicio y en todo caso sin conceder apelación alguna) como recurso de terror para impedir protestas. Dos jóvenes de 23 años fueron ejecutados en público en las últimas semanas. En Tres meses de protestas han muerto más de 400 personas y al menos hay 15.000 detenidos, según la ONG “Iran Human Rights”, con sede en Oslo.
La Unión Europea ya dispuso una serie de medidas, entre otras, para trabar las gestiones diplomáticas y de transacciones de Irán en Europa.
Un dato de significativo alcance, y sorpresivo, fue que el gobierno iraní resolviese eliminar del sistema a tan peculiar sector de policía ligada al control y represión de conductas por fuera de las normas religiosas y costumbres sociales iraníes.
Irán, expulsado de Comisión de la ONU
Como derivación de lo sucedido recientemente, Irán fue expulsado el miércoles último de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (UN Women).
Es poco menos que inconveniente que haya sido EEUU, y no otro, el miembro del organismo que propusiera la drástica expulsión. Nunca fueron fluidas las relaciones desde Washington con el régimen iraní. La comisión de 53 miembros se pronunció con 29 votos (incluido el de Argentina) por la expulsión; 16 abstenciones y ocho en contra. Esos últimos son de Bolivia, China, Kazakstán, Nicaragua, Nigeria, Omán, Rusia y Zimbabwe. De algunos de estos países (China y Rusia) se puede entender el posicionamiento. En cambio de Bolivia y Nicaragua no está claro por qué, a menos que existan “obligaciones” por “beneficios” que no se pueden apreciar de primera mano.
Tratados internacionales: letra muerta
No se entiende cómo un país que ha ratificado ser parte del “Pacto Internacional de Derechos Civiles, Políticos y Culturales” y del “Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” (ambos desde junio de 1975) mantenga una política de represión, violencia y castigo a sus ciudadanos y particularmente a las mujeres. Y que, desde la estructura de esos pactos, se le haya impuesto sanciones. Porque salta a la vista que los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales conforman un menú de miserables posibilidades de goce para los iraníes en general. Y las iraníes en particular.