El título “la tragedia que no fue ilustra la dimensión del problema ocurrido en la vereda del club San Martín durante el vendaval del jueves, cuando trozos de mampostería cayeron, arrastrados por un cartel que había cedido a la presión del viento. Afortunadamente, no había nadie caminando por esa vereda y no hubo mayores daños que lamentar. Voceros de la institución hicieron saber que se ha encomendado a una empresa que esta semana haga un diagnóstico para encarar las obras de reparación que correspondan.

La emergencia ocurrida, sin embargo, da que pensar. Unos 40 metros de pared, de alrededor de un metro de altura, se vinieron abajo. El segmento había sido reconstruido por una gestión anterior en octubre de 2020, luego de que, en condiciones climáticas similares a las del jueves, las torres de iluminación de ese sector se desplomaron. En las últimas remodelaciones que se hicieron -dijeron en la comisión directiva del club- no se incluyó reacondicionamiento de la tribuna, porque las obras más recientes tenían en aquel momento un año de antigüedad.

Los vecinos comentaron que había sido prácticamente un milagro que se había repetido la misma suerte del accidente anterior: “gracias a Dios no ha pasado nada grave. Si hubiese pasado una moto o un auto, ese cartel podría haber matado a alguien”, dijo una vecina. “Hoy (el jueves) lloviznaba. Y siempre la gente tiende a ponerse contra la pared para taparse... podría haber caído encima de alguien –agregó un quiosquero que atiende frente al lugar del accidente-. Hace unos años la hicieron de nuevo porque se estaban cayendo los ladrillos, ya de vieja. En ese momento nos llamó la atención que se hizo con ladrillo hueco y no con algo más fuerte, como hormigón”.

Caber señalar que enero pasado las autoridades del club habían anunciado las obras llevadas a cabo tanto en La Ciudadela como en el Complejo. “Uno de los objetivos principales de la Comisión Directiva es el reacondicionamiento y la modernización de las distintas instalaciones”, se explicó, y se mencionó que se estaban renovando los palcos, así como los culotes en plateas Central Baja, Norte Alta y Baja, y el mejoramiento de espacios comunes de socios, entre otras tareas de refacción.

Ahora se ha advertido que los trabajos efectuados hace dos años, según parece, no han sido lo suficientemente contundentes como para asegurar que no hubiese emergencias después de la caída de las columnas. Correspondería, entonces, que se haga un relevamiento en profundidad, bajo estricta supervisión de las autoridades municipales de Defensa Civil, para asegurar a futuro las instalaciones. Se informó que el sector derrumbado deberá ser reconstruido para el que estadio “Santo” pueda reabrir su puertas antes del inicio de una nueva temporada de la Primera Nacional, previsto para la última semana de enero de 2023. Lo elemental sería que la reapertura de las puertas se haga con garantías absolutas de seguridad.