Los cárteles mexicanos y grupos delictivos de la Unión Europea colaboran en el tráfico de metanfetamina y cocaína de América Latina a Europa, dice un informe publicado por Europol y la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA). Las bandas criminales con base en México y sus homólogas europeas corrompen a funcionarios de sectores público y privado para que ayuden en el contrabando de drogas.

También se infiltran en compañías de transporte y comercio para ocultar los envíos, o crean sus propias empresas con la ayuda de individuos que ocultan su identidad.

Europol y el Observatorio Europeo de la Droga y las Toxicomanías advirtieron que Europa se está convirtiendo en un centro de producción de cocaína y un punto de tránsito a otras partes del mundo, por el aumento de la producción en Sudamérica y la creciente capacidad de procesamiento de la droga en bruto en el continente europeo.

Según el reporte, los cárteles envían la droga a Europa por vía marítima o aérea, oculta en alimentos, materiales de construcción y productos básicos como filtros de agua y marcos de madera para puertas.

Una vez que llegan a la UE, las redes delictivas locales las trasladan a destinos en Europa y fuera de ella. En el caso de la metanfetamina, el destino suele estar fuera de la UE, punto de tránsito antes de que la droga se envíe a mercados más rentables de Oceanía y Asia. Existe el riesgo de que la cooperación se amplíe a otras drogas.

Los principales cárteles de México, como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, tienen amplias zonas de influencia dentro del país y ejercen una violencia brutal por el control de las rutas de la droga.

En febrero de 2020, las autoridades italianas descubrieron una operación de narcotráfico de los miembros de Sinaloa y sus socios establecidos en la UE. Países Bajos, Bélgica y España también han desmantelado instalaciones de producción ilícita en las que participaban ciudadanos mexicanos en los últimos años. (Reuters)