La inflación ha golpeado a toda la sociedad en mayor y en menor medida. Nadie ha escapado al incremento sostenido de los precios, particularmente en alimentos, en vestimentas y también en medicamentos, productos de alta demanda entre la población de adulto mayores. Pero un ejercicio financiero muestra que un jubilado que cobra el haber mínimo ha perdido en los últimos cinco años el equivalente a casi siete ingresos mensuales que, a precios actuales, equivaldría a unos $ 452.000. A su vez, el Estado Nacional se ahorró el equivalente a 106 millones de jubilaciones mínimas, según un análisis efectuado por el director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadin Argañaraz.

El economista efectuó el anális con el fin  de mostrar y cuantificar las dos caras de la moneda: de un lado la pérdida de poder adquisitivo de jubilados y pensionados en los últimos cinco años. Para alguien que tiene una jubilación mínima, el Estado nacional debería darle durante este mes una compensación de $ 452.000 para compensar el poder adquisitivo que perdió a lo largo de cinco años, puntualiza. 

Del otro lado de la moneda, el gasto público que ahorraron tanto el gobierno actual como el anterior, en jubilaciones y pensiones. El número es significativo: $ 6,4 billones, que si se pasan a número de jubilaciones mínimas (un promedio de $ 60.000), asciende a 106 millones de jubilaciones mínimas,, calcula el experto. Esta erogación, fruto de fórmulas que terminan perjudicando el bolsillo de los jubilados, se evitó realizar. Dicho de otra manera, si la sociedad estableciera como regla que el poder adquisitivo de los jubilados no puede bajar, ese gasto se hubiese ejecutado, explica el consultor.

Según el economista, la constante pérdida de poder adquisitivo de jubilados y pensionados debería ser uno de los problemas prioritarios a resolver por parte de la sociedad. “Los gobiernos discuten si su propia fórmula de movilidad jubilatoria hace perder más o menos poder adquisitivo a los jubilados. El punto clave es que siempre vienen perdiendo, a la par que su edad crece y demanda más atenciones de todo tipo”, puntualiza Argañaraz.

De acuerdo con el reporte, este mes un jubilado con la mínima debería estar cobrando $ 67.499 para tener igual poder adquisitivo que el que había tenido en diciembre de 2017. Y de ahora en más seguir cobrando lo mismo que la inflación que se tenga. En síntesis, acarrea una pérdida real del 11% respecto del haber de diciembre de 2017. 

“Esto significa que si se quisiera recuperar el poder adquisitivo de hace cinco años, habría que subir el haber un 12,3% y de ahí que siga a la inflación. Si la comparación se hace con el ingreso anual, la pérdida real de 2022 respecto a 2017 es del 19,3% (equivale a 2,3 haberes mínimos)”, remarca el titular del Iaraf.

Ahora bien, si el haber aumentara un 24% y se mantuviera en valores reales durante todo 2023, se aseguraría que los jubilados mantendrían el poder adquisitivo que tenían en 2017. Pero eso no compensaría el poder adquisitivo perdido en los últimos cinco años. 

En este sentido, dice el informe al que accedió LA GACETA, resulta importante calcular a cuánto equivale la pérdida de poder adquisitivo acumulada en los últimos años. Tomando como año base 2017, la pérdida acumulada en los últimos sesenta meses es de nueve haberes. Esto significa que los 60 haberes cobrados fueron equivalentes a 51 haberes con el poder adquisitivo de 2017. 

El pago de bonos compensatorios mitigó parte de la pérdida acumulada. Concretamente, considerando todos los bonos otorgados hasta ahora, la pérdida se reduce a 6,7 haberes.