El trofeo Jules Rimet fue el encargado de premiar a los equipos campeones del mundo hasta 1970, cuando Brasil fuera campeón. A partir de allí, el diseño de la copa se modificaría hasta nuestros días. El trofeo pasó de campeón a campeón, de Uruguay a Italia (se consagró en 1934 y 1938). Pero durante los doce años posteriores no se disputaría la mayor competencia del fútbol mundial, debido a que en 1939, tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial. En el transcurso que la FIFA suspendió la Copa del Mundo, sucedió algo con el codiciado premio que para nosotros resulta anecdótico hoy en día.
Corría el año 1939, meses después de que Italia se consagrara campeón del Mundial de Francia del ´38, las circunstancias impidieron que se jugasen los mundiales de 1942 y 1946, debido a que había estallado la Segunda Guerra Mundial. Por este motivo, la Copa Jules Rimet (en honor al presidente de la FIFA que impulsó la creación de los mundiales), había sido guardada y asegurada en un banco de máxima seguridad, ubicado en Roma, luego de que la selección de ese país lo ganase. En aquel lugar quedaría sepultada durante los 6 años que duró la guerra. A principios de 1946, cuando el ambiente se encontraba más calmo, los altos dirigentes de la FIFA, entre ellos el presidente Rimet, fueron en busca del trofeo ya que tenían en mente reanudar la competencia en 1950, pero para su gran sorpresa, al momento de abrir la bóveda que supuestamente contendría la copa, ésta no se encontraba en su lugar. Al ver que la copa del mundo había sido robada, las autoridades dieron aviso a los medios rápidamente. El fútbol se sentía estafado por primera vez en su historia, aunque al enterarse de la situación el vicepresidente Otorino Barassi, quien se encontraba con su familia vacacionando, viajó a Italia de inmediato. Allí, el también presidente de la Federación italiana de fútbol, explicó que el trofeo estaba a salvo y manifestó que se había apropiado del mismo para esconderlo dentro de una caja de zapatos, debajo de su cama, con el fin de evitar que los nazis encontraran la copa y se la llevaran. Cabe destacar que Adolf Hitler había ordenado a los nazis ir en busca de la Copa Jules Rimet, ya que éste trofeo premiaba a los campeones del mundo y siempre fue un deseo del líder alemán tenerlo en su poder. Ese fue el punto de partida para que la FIFA decidiera crear una réplica del trofeo para mayor seguridad. A partir de ese momento, Barassi fue catalogado como el salvador de los mundiales, gracias a su labor de proteger el máximo trofeo.