Juan Manzur está preocupado. El gobernador interino Osvaldo Jaldo llegó el miércoles pasado hasta Buenos Aires en un momento difícil para la administración del presidente Alberto Fernández. Por eso la charla que ambos mantuvieron en aquella ciudad se circunscribió a las derivaciones institucionales y políticas de la condena judicial a la vicepresidenta Cristina Fernández y a la decisión de la mentora de la fórmula gobernante de abandonar la carrera electoral en 2023. El jefe de Gabinete de la Nación trata de asegurar el financiamiento de las obras públicas que son consideradas prioritarias para Tucumán. Debe tener ese detalle antes del cierre del año. En el medio, el gobernador en uso de licencia viene esquivando el ajuste que se registra en la distribución de partidas discrecionales a las provincias, producto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En línea con su trayectoria histórica, la provincia de Buenos Aires fue la que concentró la mayor parte de los envíos no automáticas en noviembre: con un total captado de $ 31.502,1 millones, concentró el 42% de la distribución global. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se ubica segunda, participando del 10,2% (totalizó envíos por $ 7.677,9 millones); luego le siguen Tucumán (5,4% del total con $ 4.056,6 millones), La Rioja (5,2% con $ 3.866,2 millones); Santa Fe (4,5% con $ 3.387,5 millones) y Santiago del Estero (4% con $ 3.005 millones), dice un diagnóstico elaborado por la consultora Politikon Chaco en base a datos de Presupuesto Abierto.

Las transferencias no automáticas de fondos no se rigen por ningún sistema de distribución preacordado entre Nación y las provincias, como es el caso de la coparticipación federal, sino que se tornan discrecionales, como una herramienta política.

Tucumán, La Rioja y Santiago del Estero son a su vez las que exhibieron los mayores incrementos interanuales, con subas nominales superiores al 100%. En términos reales, es decir descontando el efecto de la inflación en las transferencias de fondos realizadas, Tucumán -gobernada por Jaldo- lidera el ranking nacional con un incremento del 87,5% respecto de noviembre de 2021, seguido por La Rioja -bajo la gobernación de Ricardo Quintela- con un 12,8% y en tercer término el distrito conducido por Gerardo Zamora, con 4,6%. Las 21 jurisdicciones subnacionales de la Argentina registran caídas de entre un 78,2% (el caso de Santa Cruz) hasta un 11,9% (la situación de Chubut).

Un dato que no es menor: ese período coincide con la llegada de Manzur a la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Si Tucumán ha sido favorecido, ¿a qué responde la preocupación del gobernador en uso de licencia? La primera respuesta es que, el próximo presupuesto nacional no tiene tanta elasticidad para el giro discrecional de fondos. Además, al ser 2023 un año electoral, los gobernadores mirarán con lupa cómo se distribuye el dinero federal. En ese aspecto, el ministro de Economía, Sergio Massa, no abrirá tanto el grifo financiero frente a los compromisos asumidos ante organismos internacionales.

La pelea nacional

En el plano político, la renuncia de Cristina Kirchner a la carrera electoral no sólo le pone signos de interrogación a la gestión de Alberto Fernández, sino que abre varios escenarios en el Frente de Todos, por la puja para la sucesión, al declinar una de sus figuras más fuertes. Según el director de Observatorio Electoral, Julio Burdman, es una situación que puede asemejarse a la de 2003, cuando Carlos Menem renunció al ballotage, poniendo fin a viejos esquemas políticos de la Argentina. “Sin ella, hoy cualquier dirigente cree que tiene el derecho de reclamar el trono, incluso el propio Manzur”, dice a LA GACETA el doctor en Ciencia Política. Paralelamente, causa un shock en Juntos por el Cambio porque tira por tierra el discurso anticristinista, acota.

“Para el tucumano, este momento puede resultarle desafiante porque una desaparición progresiva de la influencia de Cristina en el poder abre un abanico de posibilidades para pugnar por estar en la fórmula de 2023”, indica. Sin embargo, Burdman afirma que, “además de toda su especialidad en la rosca y de mantener el poder territorial en uno de los principales distritos peronistas del país, Manzur -como el resto de los posibles postulantes- necesitará construir un proyecto político de país”. “No se trata de campaña y comunicación; tendrá que abrirse camino con una narrativa nueva si quiere ser candidato. Eso no alcanza para ser un aspirante de fuste. De esta encrucijada en el oficialismo se sale con liderazgo”, puntualiza.

Aníbal Urios, director de DC Consultores, cree que Cristina sí se presentará en las elecciones de 2023 y que mantendrá la batuta a la hora de designar candidatos, aunque chocará con el intento reeleccionista de Alberto Fernández. “La persecución siempre le vino bien a ella y hoy está buscando un operativo clamor, que es atemporal porque la sociedad la sentenció antes que lo hizo la Justicia”, describe el analista. Según Urios, en el Frente de Todos es posible que haya una interna, pero también que se busque a algún gobernador que está dispuesto a inmolarse. “A cualquiera de ellos, sea Sergio Uñac, Gustavo Bordet o Juan Manzur, por mencionar a algunos, le caerá el peso de la mala gestión de Alberto Fernández. Tal vez Cristina esté dispuesto a ungirlo asegurándose una candidatura a senadora nacional por Buenos Aires para mantener el poder”, remarca. E interroga: “¿qué gobernador está dispuesto a chocarse contra una pared a nivel nacional en un escenario difícil para el Frente de Todos, donde nadie quiere hablar de candidaturas a menos de un año de las elecciones presidenciales? Por esa razón, señala Urios, en Juntos por el Cambio brotan postulantes a la Presidencia, porque consideran que este es el momento propicio para ganar terreno y volver a la Casa Rosada.