Ignacio Bossi

Coach deportivo

¿Cómo vive dentro de un plantel de alta competencia un goleador que no está marcando tantos? ¿Está lesionado su tobillo derecho? ¿Qué pasa por su cabeza? Nos preguntamos si es solo una sequía de goles o hay otros “condicionantes” en la cabeza de Lautaro Martínez. ¿Cuáles serán? ¿Cómo ayudarlo? ¿Por qué es clave que regrese con su impronta goleadora?

A juzgar por los gestos y su corporalidad al cierre del partido contra Australia, parece que algo de “cabeza” está necesitando. ¿Será la excesiva preocupación por marcar un gol? ¿Será que la obsesión por el gol lo lleva a no ver nada más que el árbol? ¿Dejar de ser titular, le sacó el convencimiento? ¿Cómo ayudarle a “ver/sentir” que puede? Argentina necesita el gol desde el banco. ¿Qué hubiera pasado con Australia, si Lautaro convertía las chances que tuvo?

En el fútbol hay una serie de situaciones que pueden operar como fuentes de presión. Cada deportista vive desde su subjetividad el impacto relativo de la presión. En algunos, la presión les mejora el desempeño, a la mayoría se los reduce. ¿Por qué? Las investigaciones de Neurociencias de Estanislao Bachrach sostienen que los seres humanos y los deportistas de alto rendimiento en particular, sólo pueden usar el 2% de nuestras neuronas al mismo tiempo (por cuestiones eléctricas y fisiológicas). En cualquier momento, si estoy realizando una actividad, hago mi mejor versión si logro poner en ella, todas mis neuronas. Si una preocupación tiene tomada mi cabeza la consecuencia es la pérdida de rendimiento.

¿Cuáles son las fuentes más frecuentes de presión en el fútbol? También podríamos decir: ¿cuáles son las conversaciones internas que pueden meterle presión al jugador y perjudicar su desempeño?

La primera es la percepción que las capacidades del rival, son mayores que mis habilidades o mi actitud para enfrentarla. Aquí puede colarse e influir la “conversación sobre la lesión” de un jugador, amplificando el efecto de este componente de la presión. La segunda tiene que ver con la percepción del impacto que pueda tener el siguiente resultado. En este caso, todos los partidos son eliminatorios, con lo cual estamos con presión Mundial y el Mundial es el evento más importante en la vida del jugador. La tercera, es la importancia que el jugador da a la posible opinión de quien mira el partido. En este caso la audiencia es planetaria, todas las miradas relevantes al presente y futuro de un jugador de selección están observándose. También vale aquí la opinión personal, en ocasiones podemos castigarnos a nosotros mismos y ello se convierte en otra presión.¿A cuáles de estos aspectos Lautaro le estará dando poder?

Volver a ser Toro

Me encanta la frase: “La salida está para adentro”. Estas palabras nos invita a todos, a modificar las conversaciones que pueden estar perjudicando nuestro desempeño. Cómo dice Tim Galwey: en la cabeza de los deportistas de alta competencia - y de los otros también - se establece un diálogo interno entre dos personajes. Uno de ellos es el crítico, un juez implacable que tiende a encontrar defectos en cada acción, en cada jugada. El segundo suele tener una voz más compasiva que alienta el proceso de aprendizaje natural.

Si en este juego de conversaciones mentales le damos protagonismo al juez exigente, el jugador puede caer en estados nerviosos, lastimar su autoestima, perder la confianza. Y eso se refleja en el campo.

“’Toro’ conversá con el ‘Dibu’”. Frente a similares circunstancias, el ‘Dibu’ mostró un camino que se puede recorrer: el acompañamiento de un profesional que nos oriente a tomar conciencia del juego interior que es necesario resolver para poder enfrentar al rival externo con posibilidades de éxito.

Por otro lado, el acompañamiento colectivo de los referentes, mostrándole que él tiene la confianza del equipo, que permanece íntegra su habilidad y enfocándose sólo en jugar a lo que sabe, el gol aparecerá como una consecuencia natural de su actitud, de vencer sus propios límites mentales. ¿Qué nos pasa cuando en los equipos de trabajo, en las empresas o en las familias, un problema o un aparente fracaso se convierte en el árbol que nos tapa la mirada del todo, de los valores y las virtudes que sí tenemos?

¿Cómo salir de esa “zona de disconfort”? El gesto de Messi al finalizar el partido contra Polonia, cuando vio arrodillado al “Toro”, fue de ir a levantarlo y abrazarlo. Ese gesto, esa acción es lo que necesitamos, que nos hagan levantar la cabeza.

¿Dónde hace click la cabeza de Lautaro? Quienes lo conocen sabrán encontrar las palabras apropiadas. Supongamos por un minuto que se motiva desde las posibilidades colectivas: “Lautaro sos uno de los mejores delanteros del mundo, un jugador de éxito, un goleador. Te ha tocado aportar a tus equipos desde muchos lugares. En esta Copa del Mundo, con tus tantos desde el banco, vas a oxigenar al equipo en sus momentos difíciles, para ayudar a convertir a la Selección en el equipo campeón”.

Toro: ¡a recuperar tu cabeza goleadora!