Menos conocido es el llamado “punto A” o “zona AFE” (por las siglas en inglés Anterior Fornix Erogenous Zone: zona erógena del fórnix anterior). Fue descubierto por Chua Chee Ann, un ginecólogo malayo, en la década de los 90, mientras realizaba una investigación sobre sequedad vaginal. Junto a sus colaboradores advirtió que, al estimular esta zona, además de conseguir una rápida lubricación, más del 90% de las mujeres refirieron excitarse especialmente. Incluso algunas experimentaron por primera vez un orgasmo, o uno mucho más intenso que los que solían tener, mejorando en calidad y frecuencia, y llegando a posibilitar que éstos fueran múltiples.
Pero, ¿dónde se localiza? A mitad de camino entre el punto G y la parte superior o final de la vagina. Sería a unos 7,5 centímetros de su entrada, en la parte más interna, la que se encuentra cerca de la vejiga. Dar con esta área no sería tan sencillo: al no haber dos órganos genitales iguales, lo de los centímetros es muy relativo.
Ann describió la zona en 2003, en el Congreso Asiático de Sexología, afirmando que era aún más sensible que la de Gräfenberg y que su accesibilidad dependía de la posición del útero. Enfatizó su importancia para las mujeres con dispareunia -dolor severo durante el coito vaginal- por falta de lubricación, por los hallazgos positivos en este sentido. Y sostuvo que sería un área propicia para precipitar no solo la lubricación y el orgasmo sino también la llamada “eyaculación femenina”.
Para estimular la zona AFE a través de la penetración del pene durante el coito vaginal es necesario, desde luego, un nivel óptimo de excitación sexual en la mujer (o persona con vulva). Por otro lado, la profundidad de la penetración y el ángulo son importantes. Las tres posturas recomendadas son: la mujer boca abajo y su pareja sexual detrás; sentada en el borde de la cama y la pareja arrodillada delante; en posición de “cuatro patas” y la pareja tras ella. Se aconseja reforzar la estimulación intravaginalmente con un empujón pequeño, fuerte y profundo después de cada movimiento hacia adelante: hará que el pene entre en la vagina otros uno a dos centímetros. Los estímulos también pueden hacerse con los dedos en forma de C o con un juguete sexual, frotando de arriba hacia abajo o viceversa, o con movimientos circulares.
A pesar del entusiasmo del doctor Ann, lo cierto es que no existen estudios concluyentes sobre su intrincado punto. Como todo… se trata de hacer la propia investigación, más con ánimo de divertirse y experimentar que de obtener resultados.