RÍO DE JANEIRO.- Estados Unidos intenta tomar medidas contra los delincuentes medioambientales que están detrás de la creciente deforestación en la Amazonia brasileña, utilizando sanciones como las de Magnitsky para abordar el cambio climático de forma más agresiva, según dijeron fuentes y funcionarios estadounidenses a Reuters.
El plan representa un cambio importante en la estrategia de Washington para combatir el calentamiento global, añadiendo las sanciones directas a herramientas como los incentivos fiscales, presiones diplomáticas y acuerdos multilaterales complejos y lentos.
La deforestación en Brasil alcanzó su nivel más alto en 15 años durante el mandato del presidente saliente Jair Bolsonaro, quien redujo las protecciones ambientales e impulsó más minería y agricultura comercial en la Amazonia, una región crucial en la lucha contra el cambio climático. El presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva asumirá el cargo el 1 de enero y ya se ha comprometido a acabar con la deforestación en la cumbre climática COP27 celebrada en Egipto la semana pasada.
En las conversaciones con funcionarios estadounidenses, Lula y sus aliados han destacado su interés por abordar el cambio climático. Sin embargo, todavía hay interrogantes sobre su opinión sobre el plan, que está en sus primeras etapas. Lula cree que Washington ayudó a los fiscales brasileños a encarcelarlo por cargos de corrupción y a menudo se ha quejado del largo brazo de la ley estadounidense. Las sanciones Magnitsky tienen como objetivo castigar a los acusados de corrupción o de permitir abusos de los derechos humanos. Congelarían todos los activos estadounidenses y prohibirían a todos los estadounidenses y a sus empresas tratar con las personas o entidades sancionadas.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, responsable de las sanciones Magnitsky, declinó hacer comentarios. Ni la oficina de Bolsonaro ni el Ministerio de Justicia de Brasil respondieron a las solicitudes de comentarios. El equipo de transición de Lula no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Entre los objetivos del grupo de trabajo está el de “desincentivar el uso del sistema financiero internacional en asociación con actividades ilegales con productos forestales”, según un comunicado del Departamento de Estado. En términos más precisos, un funcionario estadounidense con conocimiento del plan dijo a Reuters que Washington pretende penalizar a los principales deforestadores y a los autores de otros delitos medioambientales, como la extracción ilegal de oro.