La pestilencia persiste en los alrededores de la casa con perros maltratados, entre ellos cuatro muertos, allanada este miércoles en Aguilares. Es una hediondez que ahoga y se agita por el calor imperante. Ayer transformó en insoportables las cercanías. En ese inmueble, ubicado en Diego de Villarroel 1.543, este miércoles fueron rescatados por la Policía 19 perros de distintas razas y edad que permanecían en estado lamentable. Cuatro yacían muertos y en avanzado estado de descomposición. Según la policía, sus restos estaban desperdigados en distintos ambientes del inmueble.

Ahí vive sola Cristina Simonetti, de 43 años, quien, según los vecinos, desde hace tiempo era en la ciudad una especie de referente de la protección de animales. “Si alguien encontraba en la calle algún animalito abandonado o si no podía seguir criando alguno, se dirigían a ella y enseguida lo tomaba”, contó Mariela Juárez, una joven de la zona. “Muchos hasta llegamos a creer que era veterinaria, porque daba a entender que tenía esa profesión. Incluso hasta se admiró su vocación y amor por los perros” añadió.

Por eso la escandalosa realidad que desnudó la Policía al ingresar a la vivienda de Simonetti, conmocionó a la comunidad.

Inexplicable

Nadie hasta ahora logra encontrar una explicación razonable a la conducta de la mujer. Es que tanto ella como los canes convivían en medio de una alfombra de heces y malos olores que transformaron al sitio en un potencial y peligroso foco de contaminación. “Es casi un milagro que Simonetti sobreviva a semejante abandono y durante tanto tiempo. Es que esta situación no es nueva. Ahora salió a la luz porque se recurrió a la justicia. Creo que luego del rescate de los perros, ahora se tiene que hacer algo con ella. No es normal que alguien viva así de abandonada y en tan deplorables condiciones” apuntó Ana, una vecina cercana. El pedido fue apoyado por Gladys Bravo, otra lugareña. “Es curioso pero solo un par de personas de aquí nos acompañaron a hacer la denuncia. La mayoría tiene miedo. Creen que la mujer, al tener indicios de no estar mentalmente sana, puede salir a tomar represalias”, añadió.

Simonetti se había quedado sola luego de que fallecieran sus padres hace unos 10 años. No tiene ningún pariente cercano, según los vecinos. “Cuando llegamos no se podía permanecer en el interior de la vivienda. Se advirtió que el abandono viene desde hace años. Hasta en la cama de esa mujer había materia fecal de los perros. Todo es inexplicable y repugnante”, dijo el subcomisario Álvaro Barrionuevo, de la comisaría de Aguilares. El alto oficial informó que tras el allanamiento, ordenado por la jueza Elena Grellet, se comenzó a tomar declaración a los vecinos.

En hogares de tránsito

Hasta ayer 17 canes fueron reubicados en hogares transitorios, mientras que dos se encuentran internados a causa del deteriorado estado de salud que acusan.

A Simonetti se la ve desde la calle deambular por el interior de la amplia vivienda que heredó de sus padres. Se niega atender a los que llegan a verla y hasta insulta a algunos.

La Municipalidad local, en principio fue señalada por algunos vecinos como responsable de lo ocurrido al haber estado supuestamente apoyando la presunta tarea proteccionista de Simonetti.

Por esa razón emitió un comunicado, con la firma de la intendenta Elia Mansilla, mediante el cual manifestó que esa institución “repudia todos los actos de violencia y maltrato ejercido contra los animales y especialmente los hechos que salieron a la luz y que son de público conocimiento”.

Al mismo tiempo apuntó que se ve en la obligación de aclarar que “la persona involucrada (Simonetti) no pertenece al Centro de Sanidad Animal, ni al Móvil de Salud Animal” de esa intendencia.

El parte fue difundido con una leyenda que reza: “no al maltrato animal”.

Crítica: una letrada dice que el Estado tiene que asumir responsabilidades

La abogada Liliana Farach, que intervino en varios casos de maltrato de animales, dijo que el lamentable caso de Aguilares revela “una realidad en la que el Estado tiene su responsabilidad”. “No se puede juzgar a la mujer que tenía los animales, porque seguramente muchos recurrieron a ella por comodidad. Quizás sin saber si estaba en condiciones de recibirlos. Ahora se sabe que no”, añadió. “La cuestión de los albergues es un asunto que se tiene que abordar, como así también el tema de las castraciones. En Aguilares las hay con más frecuencia que en otras comunidades, en donde son casi nulas”.