La palabra “Chopin”, en la firma manuscrita del músico polaco, preside el flyer del concierto que hoy, a las 21, en el teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez) ofrecerá la Orquesta Juvenil de la UNT, dirigida por Gustavo Guersman, con el pianista tucumano José Daona como solista.

“Daona viene haciendo un trabajo impecable, dedicándose a la obra de Frédéric Chopin. Me parecía importante generar este espacio para que podamos trabajar juntos, porque no es habitual encontrar pianistas como él. En realidad hace 10 años tocó con nosotros, pero luego estuvo en Buenos Aires, perfeccionándose, tocando y ganando concursos”, señala Guersman.

“Es bueno reencontrarse, y Chopin es un compositor maravilloso: usa el virtuosismo como medio para la pureza de la línea en el fraseo, el buen arte como objetivo final. Es un músico profundo, un representante neto del romanticismo. Nace en 1810 y muere en 1849; sigue el impulso del Sturm une Drang (tormenta e ímpetu). Se va muy joven de su Polonia natal a París, donde es reconocido y mimado por toda Francia”, agrega.

El solista

En la primera parte Daona abordará la Sonata N° 2 Op. 35 para piano solo de Chopin. Publicada en Leipzig en 1840, se la conoce popularmente como Sonata Fúnebre porque incluye en su tercer movimiento la famosa Marcha Fúnebre, compuesta en 1837 como obra independiente, integrada a la sonata dos años más tarde. “Tiene cuatro movimientos, y en el primero se destacan dos temas contrastantes. Su segundo movimiento es un scherzo muy rítmico de carácter dramático que contrasta con una hermosa melodía cantabile en su parte B. Es en el tercer movimiento cuando encontramos la Marcha Fúnebre, la cual es seguida del último movimiento de la sonata, de carácter y forma semejante a un preludio”, destaca Daona.

En la segunda parte la orquesta se sumará en el Concierto para piano y orquesta N° 1 en Mi menor Op. 11 de Chopin. El compositor lo estrenó al piano en 1830, en el teatro Nacional de Varsovia como su concierto de despedida de Polonia. “Fue publicado como Concierto N°1, pero compuesto de forma posterior a su segundo concierto, Chopin lo dedicó al pianista, compositor y gran creador de métodos de piano Friedrich Kalkbrenner”, señala el pianista, que le responde a LA GACETA.

- ¿Por qué, a pesar de haber sido compuesto hace 192 años, nos sigue fascinando el Concierto N° 1?

- Por su gran belleza. Es un concierto muy inspirado, con bellas melodías y pasajes donde se despliega el pianismo en su máximo esplendor. Como obra maestra del repertorio musical perdura hasta nuestros días.

- ¿Qué te da a vos tocar Chopin?

- Me encanta; me conecta con las emociones. Es una música de tanta belleza que es imposible no sentirla, tanto para el intérprete como para el oyente.