¿Quién o quiénes están por detrás de Roberto Sánchez? ¿Qué es lo que realmente quiere el dirigente opositor más inescrutable de la provincia? ¿Cuál es la estrategia a la que apuesta? Las preguntas no son antojadizas; son los interrogantes que desvelan hoy a quienes comparten con él dentro de Juntos por el Cambio y de la Unión Cívica Radical. A seis meses casi exactos de los comicios, el enigma que generan sus sigilosos movimientos inquieta.
Oficialistas y opositores están pendientes de los pasos del diputado nacional. Y mucho más lo estarán este fin de semana y hasta el martes, cuando los referentes locales de JxC vuelvan a verse las caras. La cita prevista no es una más. Por el contrario, lo que suceda en las próximas 72 horas puede marcar el camino de la principal alianza opositora. Al punto que en las últimas horas se multiplicaron las especulaciones.
Hasta ahora, Sánchez y sus aliados optaron por el silencio frente a las presiones de Germán Alfaro (Partido por la Justicia Social), de Ramiro Beti (PRO) y de un sector del radicalismo para definir el esquema de JxC en Tucumán y el mecanismo para dirimir postulaciones. Sin embargo, eso podría cambiar bruscamente tras los últimos movimientos. En silencio, el ex piloto apuró reuniones en estas semanas con el legislador Ricardo Bussi (Fuerza Republicana) y con Sebastián Murga (CREO). Hubo, además, encuentros cruzados entre los tres. Que hayan mantenido conversaciones referentes opositores no debería extrañar, pero en este contexto de incertidumbre sí generaron un sacudón dentro de la UCR.
El impacto puertas adentro comenzó a percibirse ayer y, en particular, por lo que podría pasar el lunes. En el entorno de Sánchez deslizaron que el concepcionense pretende lanzar ese día (a las 11 en el Carlos V) su precandidatura para la gobernación. Su intención de competir por el premio mayor no es novedad, pero sí lo es el sentido de la oportunidad y de la conveniencia. El miércoles, durante una entrevista con LG Play, Alfaro dijo que había postergado la presentación de su candidatura al Poder Ejecutivo, prevista para el 22 de este mes. Además, el radical pretende hacerlo 24 horas de sentarse a la mesa con el intendente peronista y del resto de los miembros de JxC. ¿Qué margen de negociación deja abierto? En los hechos, un acto con sus brazos en alto y los puños apretados es más contundente que aquella frase de enero de Mariano Campero, respecto de que la candidatura de Sánchez era innegociable.
Aún más, la posibilidad de que en ese acto tenga un rol protagónico Sebastián Murga torna aún más convulsionada la interna en JxC. El titular de la Sociedad Rural de Tucumán ya dijo que CREO no aceptará imposiciones foráneas y que pretende internas o un acuerdo local para resolver las candidaturas. ¿Se presentarán el lunes como una fórmula? Nadie lo quiso confirmar, pero en el seno del radicalismo nadie se animó tampoco ayer a rechazar esa posibilidad.
Sánchez y Murga además comparten otro razonamiento: el de que es conveniente sumar al bussismo al espacio opositor. Vale recordar que el ex intendente de Concepción y su aliado Campero compartieron varios actos de campaña en 2019, lo que había generado la ira de un sector del radicalismo. Incluso, intentaron en vano que se sumara Fuerza Republicana a la coalición. Murga, en tanto, compartió un café la semana pasada en Yerba Buena con Bussi y allí exploraron las chances de concretar un frentismo ampliado.
Lógicamente, la sola posibilidad de que el presidente de la UCR abra la puerta al ingreso de Bussi y de su partido promete desatar un tsunami en la casona de Catamarca al 800. Hoy Sánchez es sostenido por diferentes expresiones internas, muchas de las cuales tienen reparos históricos hacia el bussismo. Los espacios de la ex senadora Silvia Elías de Pérez y José María Canelada, por un lado; y los Boina Blanca que conduce Ariel García, por el otro, son dos de los casos más notorios. ¿Planteará el martes Sánchez la necesidad de abrir la coalición opositora a FR? ¿Mensurará cuánto le significará la pérdida de apoyo interno esa decisión? Sí hay un punto en común aquí con el alfarismo: después de años de reproches cruzados, Bussi y Alfaro habían abierto en marzo el año del diálogo político y desde entonces no hubo más bombardeo entre ellos.
Desde luego, el eventual desembarco de Bussi también generaría coletazos en el alfarismo puro y en el radicalismo que oficia de satélite del intendente capitalino. Son muchos los dirigentes que apuestan a suceder a Alfaro en el Departamento Ejecutivo y todos son conscientes de que la llegada del ex senador al reparto obligaría a ofrecer como prenda de negociación el sillón municipal.
En síntesis, nadie se atreve a descartar por estas horas una implosión en Juntos por el Cambio. Ocurre que son muchas las cuestiones irresueltas y demasiado marcadas las aspiraciones individuales. Quizá por eso en esta semana el Partido por la Justicia Social se encargó de enviar mensajes. Primero fue Alfaro, al postergar su lanzamiento para la Gobernación. Y después fue su secretario de Gobierno, Rodolfo Ocaranza, quien en Panorama Tucumano soltó el miércoles una frase sugestiva: “Alfaro está en condiciones de declinar su candidatura a gobernador para ganar”. ¿Fueron cartas con una misión conciliadora? ¿O frases para que el responsable de un eventual quiebre no sea –al menos públicamente- el intendente Alfaro? De lo que suceda entre lunes y martes se podrá entender un poco más el camino que desandará Juntos por el Cambio.
La preocupación por el clima
Mientras en la oposición aún discuten a los gritos cómo dar el primer paso, el oficialismo ya inició la temporada de remates para el armado de los acoples. En Casa de Gobierno se multiplican los armados y desarmados de acoples en las tres secciones electorales mientras miran de reojo a los movimientos de Juan Manzur.
El jefe de Gabinete aviva sus anhelos nacionales de la mano de los gobernadores. Ayer estuvo en La Rioja junto a referentes de las 10 provincias del Norte y se mostró de la mano de la kirchnerista Verónica Magario y de la albertista Victoria Tolosa Paz. La vicegobernadora de Buenos Aires y la ministra de Desarrollo Social son dos de los tantos nombres que aparecen en la grilla de las ya casi confirmadas primarias del Frente de Todos.
Aquí, en Tucumán, las discusiones son más “finitas”. Cada dirigente carga con una hojita en la que tiene escrito los nombres de quienes encabezarán las listas. Pero, claro, nadie puede cerrar las nóminas ni garantizar que se mantendrán porque esta es la etapa de sondeo y de cotización. Hasta bien entrado marzo, cualquier proyección puede sufrir cambios.
En el primer piso del Palacio también dedicaron en esta semana varios minutos y dispersas conversaciones para analizar los motivos de la ausencia del ministro de Obras y Servicios Públicos, Fabián Soria, en el acto de entrega de casas en Manantial Sur, el lunes. El funcionario de extracción radical que llegó de la mano de Manzur al Gobierno se encuentra a casi 12.000 kilómetros de distancia de Tucumán.
De hecho, hasta ayer el expediente de su viaje aún no había sido firmado por el gobernador interino, Osvaldo Jaldo, ni tampoco había sido numerado en la Secretaría General de la Gobernación, en donde ese papel “quema”. El ex decano de la Facultad Regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional se encontraría en Egipto, participando de la Cumbre Mundial del Clima, previa escala en Israel. Según ese documento, tiene pautado el regreso para este jueves 17. Justo cuando el peronismo celebra el Día de la Militancia.