“No sabemos qué hacer; la situación es tremenda. Ha sido durísima la helada tardía”. Agustina Guardia no sale de su asombro al recorrer las fincas de la bodega familiar Las Arcas del Tolombón. En un primer relevamiento, estiman que las pérdidas llegan al 85% de las plantas ubicadas en el Valle Calchaquí, cerca de la ruta 40 y casi al límite con Salta. “Ahora nos queda esperan al menos 15 días para ver cómo reaccionan las plantas y si se podrán recuperar los viñedos”, indica la empresaria, que advierte que esta helada no sólo ha perjudicado la vendimia de 2023, sino que también condiciona la de 2024, por el estado de los brotes y de las yemas para la próxima cosecha.
Guardia señala que no es la primera vez que acontece un suceso de esta naturaleza climatológica, pero sí ha sido de mayor magnitud que la anterior. El 12 de octubre de 2016 hubo una helada que también causó la pérdida de hectáreas de cosecha.
El campo más dañado se llama Ishanka. Cuenta con 30 hectáreas y está situado a 1.750 metros sobre el nivel del mar. Entre las cepas más dañas hay Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tannat y Torrontés. “No contamos con ayuda de ningún tipo y afrontar esto solos es tremendo. Si no tenemos uva, debemos salir a comprar para seguir produciendo vinos. El daño es muy grande para la producción”, remarca Guardia.
La producción anual de esta bodega familiar (uno de sus vinos más conocidos es Siete Vacas) , fundada por Alberto Guardia, supera los 100.000 kilos anuales por vendimia. “Con suerte, en la próxima vendimia podríamos sacar aproximadamente unos 15.000 kilos”, puntualiza Agustina Guardia. Las heladas han causado daños en casi todas las zonas productivas. Por ejemplo, en Mendoza, los productores denunciaron la pérdida de al menos el 50% de la producción como consecuencia de la baja temperatura. El fenómeno climático -que registró temperaturas de hasta 2 grados bajo cero- fue el más tardío que se recuerde en décadas: algunos productores de Cuyo rememoraron que una helada más fuerte la actual se registró hace tres décadas.
Tucumán cuenta con 18 bodegas y 54 viñedos distribuidos a lo largo del Valle Calchaquí. En la actualizar se comercializan más de 90 etiquetas y el 20% de los vinos producidos en la zona se exportan al mundo. El resto es de para el consumo interno.