No hace falta nada más que ir una mañana al Archivo General de la Provincia para comprobarlo. Algunos van con carpetitas, hay quienes llegan con un folio y otros que van enrollando los papeles que logran recaudar. De a poco, van tachando en una listita o en el celular los “botines” ya conseguidos: actas de nacimiento, de matrimonio y de defunción de toda la línea de antepasados. El objetivo es siempre el mismo: tramitar ciudadanía. Cada vez más personas optan por hacerlo; la italiana es la que más persiguen los argentinos y en Tucumán hay organizaciones que ayudan con el armado de la carpeta.

No es una cuestión de edad: jóvenes, personas de mediana edad y adultos mayores buscan hacerlo, por ellos o por sus seres queridos. Las razones, por supuesto, son variadas. El fenómeno es nuevo, pero se vio intensificado en los últimos años, incluso desde antes de la pandemia, cuenta a LA GACETA Rita O’Brien, de la sede provincial del Patronato ACLI, organización que desde hace más de veinte años brinda asesoramiento en cuestiones previsionales. “Hoy por hoy, el 90% de las consultas son por trámites de ciudadanía”, advierte.

Pero vamos por partes: los patronatos son lugares que brindan asistencia fuera de Italia para ciudadanos italianos y para su descendencia. En Argentina hay varios, pero en Tucumán hasta hace poco sólo existía ACLI.

Este mes empezó a funcionar el patronato INAS. “La función de los histórica de los patronatos es la de colaborar con el trabajador en cuestiones de asistencia social, de jubilaciones y de pensiones -explica Marcelo Castagno, representante de INAS-; pero también tramitamos jubilaciones argentinas y, por supuesto, las ciudadanías: guiamos en todo el proceso y la búsqueda documental. Por eso son la mayoría de las consultas”.

Un boom

El interés por la ciudadanía italiana no es nuevo, ya lo sabemos, pero sí es verdad que en los últimos tiempos el interés es superlativo. “Nosotros funcionamos desde 1990, y siempre hemos colaborado con las actas para la ciudadanía. Pero en 2001 fue un boom; la gente se empezó a ir casi sin saber qué podía hacer la ciudadanía, y nosotros no teníamos tanta experiencia. Antes de la pandemia hubo otro boom; y viene gente de todas las edades, familias completas que venden todo para irse a hacer allá los trámites”, cuenta la representante de ACLI.

Lo que pasa es que Argentina tuvo una gran inmigración italiana, y se calcula que hay una descendencia de entre 20 y 30 millones de personas. Y los requisitos para aplicar son asequibles: hay que demostrar el parentesco con el “avó”, el ascendiente nacido en Italia que empieza la línea, y hay que reconstruir todo el arbol hacia abajo. En caso de que el ascendente sea mujer, hay otros requisitos y en algunos casos hay que realizar un juicio para conseguir la ciudadanía. Pero -dicen los expertos- casi siempre es posible terminar el trámite, a menos que alguna situación puntual y rara -que siempre las hay, advierten- lo impida.

Asistencia

Lo “normal” al hablar de trámite de ciudadanía es hacer referencia a los gestores que, en rigor, están prohibidos por el estado italiano. Los patronatos, en este punto, se vuelven una alternativa legal y mucho más económica (sólo se paga un bono contribución por la asistencia) para quienes desean iniciar el trámite. “La recomendación es que si vas a hacer la ciudadanía hagas vos el trámite; vengas y te asesores, de forma personal. Porque es tu vida familiar la que estás reconstruyendo”, reflexiona Rita.

La experiencia de estas organizaciones es fundamental para quienes están empezando esta aventura de reconstrucción; es que el trámite de la ciudadanía tiene mil vericuetos: un error en una traducción, algún dato mal escrito o alguna omisión puede anular todo el proceso. Por eso es que los gestores cobran sumas siderales por la asistencia.

Asistencia que desinteresadamente brindan los patronatos. “Te ayudamos con la reconstrucción documental del árbol genealógico para que puedas llegar a la ciudadanía, pero también podemos ayudarte con las cartas formales a Italia o con las actas que necesites; si tenés el apodo de un antepasado o el apellido mal escrito, podemos ayudarte a encontrar su origen”, explica Castagno.

Límites

La colaboración de los patronatos -dice- termina cuando hay que hacer la traducción de la carpeta al italiano para iniciar el trámite. A partir de ahí, todo es personal: hay que conseguir el turno en el Consulado (a los tucumanos nos corresponde el de Córdoba) y viajar a presentar la carpeta.

“Siempre recomendamos, a quienes tengan la posibilidad, viajar a Italia a hacerlo. Allí es más rápido -dice O’Brien-; pero depende mucho del momento. Hoy te puedo decir que una comuna está haciendo rápido el trámite, pero quizá cuando te vayas tenés meses de espera”.

Pero para llegar a la ansiada carpeta terminada, hay que empezar a reconstruir la historia familiar. Para ayuda o asistencia, las ahora dos receptorías trabajan diariamente. El patronato ACLI atiende por orden de llegada de lunes a viernes de 9 a 13 en la Sociedad Italiana (Av. 24 de Septiembre 1021) y el nuevo patronato, INAS, está de lunes a viernes de 9 a 12 y los lunes por la tarde de 16 a 20 en España 229. Sólo funciona con turnos al teléfono 381-686-6362.