Juan Pablo II fue consagrado santo por el papa Francisco en 2014. El 22 de octubre de 1978, para dar comienzo oficial a su pontificado, había dicho: “¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!”. Y emprendió un largo camino; realizó 129 viajes por el mundo, elevó a más de 1.300 santos y a más de 400 beatos. Es por eso que cada año, en esa fecha, se celebra al Papa 264 de la Iglesia católica. En este marco, los apóstoles de la Divina Misericordia presentaron un stand en la peatonal y exhibieron una reliquia que fue un obsequio del cardenal Estanislao Dziwisz.
“Es nuestro gran santo. Es el Papa Magno, quien ha instruido la fiesta en honor a la Divina Misericordia”, compartió Eliana Merlo, quien se encargó difundir la devoción a San Juan Pablo II a los que pasaban a la mañana por Muñecas y San Martín. “El culto a la Divina Misericordia nació en un momento de mucho horror para la humanidad. San Juan Pablo II quería ser profesor de literatura o actor de teatro. En 1939, en medio del horror de la guerra, la violencia y la oscuridad, se dio cuenta de la necesidad del mundo de Jesús Misericordioso y tomó la vocación del sacerdocio”, relató.
Así fue como Juan Pablo II se ordenó como cardenal y presentó los escritos de Santa Faustina. “Y entonces, en el año 2000 instituye este culto, que significó la salvación de muchísimas almas”, agregó Merlo. Los puestos exhibían imágenes y cruces, llaveros, medallas de la Virgen, rosarios, folletos y perfumes de nardo. “Es el perfume que María Magdalena rompió y que dejó toda la sala repleta de ese olor. Era lo más precioso que ella tenía para regalarle al Señor”, explicó, acerca de la fragancia. Y destacó: “lo más precioso que tenemos es nuestra adoración. Cuando Jesús muere, le ungen en el cuerpo con ese perfume, entonces es el perfume de Cristo”.
Tras una mañana de mucha concurrencia de gente hacia los puestos, Merlo comentó lo feliz que se sentía. “La verdad es que es maravilloso, la gente te abre el corazón y se va con una bendición. Con el material escrito que regalamos llegamos a quienes más lo necesitan, mientras le permitimos al Señor entrar en la vida de ellos, que no por casualidad llegaron a este lugar”, expresó.
Destacó que también se acercaron a los stands personas en situaciones extremas de vida. “En esos casos, la bendición es un regalo. Es lo que el dinero no puede comprar. Nosotros somos testigos de cuántas sanaciones obró una medalla, una oración o un objeto de piedad”, comentó. Y agregó: “vienen mamás de muchos jóvenes que han caído en la violencia, en las adicciones, que se fueron de la casa y tomaron caminos fuera del Señor en otro tipo de prácticas. Hay gente que no recibió la Primera Comunión, que no está bautizada, entonces los redireccionamos a las parroquias y los acompañamos en sus procesos”.
Asimismo, compartió el gran festejo que tienen preparado para el 22 de octubre, día de San Juan Pablo II. “Será una fiesta para él, en la parroquia de la Sagrada Familia de Alderetes. El padre Luis Brandán celebrará la misa acompañado de la reliquia de San Juan Pablo II”, detalló Merlo. La misa se realizará a las 20. Remarcó: “es impresionante la avidez y la sed de las almas por Dios y por la Virgen, es por eso que es importante festejarlo”. (Producción periodística: Bárbara Nieva)