Ascendió a 30 el número de ballenas muertas en el Golfo Nuevo, sobre el interior de Península Valdés, en el extremo noreste del Chubut. Según precisó el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), se trata de 26 adultas y cuatro juveniles.

Hasta el momento no hay una confirmación oficial de las causas de las muertes porque no se completaron los estudios de laboratorio de las muestras que se tomaron de los cadáveres.

Sin embargo, todo indica que se está ante elevados índices de toxinas producidas por el fenómeno conocido como "marea roja".

El conteo de cuerpos se realiza sobre los que están en la costa y todo indica que los últimos contabilizados no son de muertes recientes sino que estuvieron flotando en el golfo y que tocaron tierra arrastrados por los vientos.

En 2015 y 2021 también se produjeron muertes, producto de la marea roja, aunque no en tan poco lapso de tiempo como en esta temporada.

Las muertes pueden encontrar explicación en los hábitos alimentarios de la especie que suele consumir Copépodos (pequeños seres identificados como zooplancton) en los últimos meses de la temporada, es decir en octubre y noviembre.

"La ballena es una gran filtradora, come de esa manera, y, al buscar los copépodos, introduce también en el organismo microalgas con cargas de toxinas", explicó a la agencia Télam el biólogo Mariano Coscarella, investigador del Centro Nacional Patagónico con sede en Puerto Madryn.

Las ballenas fueron observadas "filtrando" alimento del agua en la zona conocida como "El nido", cerca de Puerto Pirámides, aunque no es una práctica común porque esta especie carga energías alimentándose cuando sale de la zona de golfos.

Las toxinas provenientes del fenómeno "marea roja" afectan a los seres de sangre caliente pero particularmente a los filtradores de agua como las ballenas.