La senadora electa y pastora brasileña Damares Alves, una activista de la extrema derecha evangélica, afirmó que “el infierno se levantó“ contra Jair Bolsonaro ante la determinación del Presidente de combatir aberraciones sexuales, incluyendo violaciones de recién nacidos y tráfico de niñas a países vecinos para hacerlas ejercer la prostitución.

Alves, exministra de la Mujer, Derechos Humanos y Familia que defiende detener a médicos que practican abortos, incluyendo abortos legales, fue elegida senadora por el estado de Brasilia el 2 de octubre pasado y comenzó a viajar por el país con la primera dama, Michelle Bolsonaro, para intentar revertir el voto de los evangelistas que apoyaron en primera vuelta al líder de izquierda y candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva, rival electoral de Bolsonaro.

“Tenemos imágenes de niñas de cuatro, tres años que cuando cruzan las fronteras secuestradas, tienen sus dientes arrancados para que no muerdan a la hora del sexo oral”, dijo Alves durante en una iglesia evangélica de la ciudad de Goiania, en el estado central de Goiás.

“Descubrimos que esos niños comen comida pastosa para que el intestino quede libre a la hora del sexo anal. Bolsonaro dijo que iba a luchar contra eso y el infierno se levantó“, dijo Alves, quien además se hace llamar pastora, sin presentar pruebas de sus acusaciones.

Al igual que la primera dama, Damares calificó la campaña hacia el balotaje como una “guerra espiritual” entre Bolsonaro y Lula. “El infierno se ha levantado contra este hombre, la guerra que trabó con la prensa, la Corte Suprema y el Congreso no es una guerra política. Es una guerra espiritual”, aseguró Damares.

El presidente Bolsonaro tiene una preferencia de 70 a 30 entre los evangelistas, que constituyen del 30% del padrón electoral. Alves fue ministra de Bolsonaro hasta abril pasado.