Estados Unidos sufrió ayer una fuerte derrota en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU. El cuerpo rechazó un debate sobre la situación de la minoría uigur en China, después que el proyecto auspiciado por Washington recibió más rechazos que aprobaciones y 11 abstenciones, entre ellas la de la Argentina.
Un grupo de países occidentales liderados por Estados Unidos y Noruega presentó al Consejo el proyecto de resolución que pretendía que en la próxima sesión de este órgano, que se celebrará entre febrero y marzo de 2023, hubiese una discusión sobre las conclusiones de un informe que denuncia graves violaciones contra esa comunidad, perpetradas por Beijing.
Sin embargo, China mostró ayer más poder de influencia que Washington y consiguió bloquear la propuesta de debate, tras expresar su “rotunda oposición” a esa idea y asegurar que el citado informe “carece de cualquier valor”, una posición que respaldaron varios países en desarrollo en la votación que ganaron por 19 votos en contra del debate y 17 a favor, mientras 11 se abstuvieron.
Entre los países que apoyaron la propuesta se destacan Francia, Alemania, Japón y Países Bajos, Polonia, Reino Unido y el propio Estados Unidos, mientras por el rechazo votaron China, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela, entre otros.
Además de la Argentina, optaron por la abstención India, México, Brasil y Ucrania.
Fractura global
Esta es la primera vez en la historia del Consejo de Derechos Humanos, establecido en 2006, que un proyecto de decisión se refiere a China.
El resultado de la votación era muy incierto. Horas antes de la votación, los occidentales ya habían hecho saber que no descartaban una derrota.
La discusión sobre la situación humanitaria de los uigures se extendió por una hora y fue presidida por el embajador argentino Federico Villegas. Fue un debate áspero -en términos diplomáticos- adonde quedó en evidencia la fractura del escenario global: Estados Unidos apoyado por Alemania, Japón, Francia y Qatar, y China respaldado por Cuba, Venezuela y Sudán.
Con la excepción de Honduras y Paraguay, que apoyaron la iniciativa de Estados Unidos, el resto de América Latina apareció dividida. Hubo abstenciones -como la Argentina, Brasil y México- y ostensibles rechazos, como Cuba y Venezuela, que castigaron en el debate público a la política exterior de Joseph Biden.
En cuanto al reclamo, organismos de derechos humanos vienen denunciando hace años la situación de la minoría uigur, una etnia de religión musulmana que vive en Xinjiang, que oficialmente se denomina Región Autónoma Uigur de Xinjiang, una localidad autónoma de China como lo es Tíbet en el sur.
La ex jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet entregó un informe al dejar el cargo que afirma que en la región autónoma china de Xinjiang se violan los derechos fundamentales de la minoría musulmana uigurs.
En 2021 EEUU, Reino Unido y los cancilleres de la Unión Europea sancionaron a cuatro funcionarios de la provincia de Xinjiang y a autoridades del Partido Comunista, con el congelamiento de sus activos en Europa y la prohibición de viajar a los países del bloque. Beijing respondió con sanciones a 10 personalidades europeas, entre ellas cinco eurodiputados, por “difundir mentiras” basadas en estudios que China considera sesgados.