Ayer concluyó en Salta la 43 convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Es la asociación profesional integrada por ejecutivos, directores y gerentes de empresas y entidades de finanzas, administración, planeamiento, control de gestión, tesorería, contaduría y compras. No es la primera vez que el encuentro de estos CEO se realiza en la “La Linda”. Nunca, en cambio, se desarrolló en Tucumán. Este año, los organizadores buscaron traer la reunión al “Jardín de la República”, pero no encontraron un hotel que les garantizará 120 habitaciones para alojar a los participantes y a los disertantes. De hecho, sobran los dedos de una mano para contar los establecimientos que tienen más de 120 habitaciones en San Miguel de Tucumán. Así que la vecina provincia, con una larga política de Estado en turismo e inversión en ese sector, volvió a aprovechar las oportunidades que desaprovecha Tucumán.
La convención anual del IAEF representa toda una ventana desde la cual asomarse a la visión del presente que tienen los protagonistas de muchas de las empresas más importantes del país, así como también a las perspectivas de futuro que están guiando sus decisiones. Esto, por cierto, no es una presunción: es, por el contrario, un estudio. Cada convención, desde hace años, es precedida por una encuesta que realiza la multinacional EY Argentina (mejor conocida como Ernest & Young, firma de auditoría, impuestos, finanzas, contabilidad, asesoría legal y servicios de cálculos, entre otros servicios profesionales) entre los socios del IAEF.
La consulta de este año resulta sumamente reveladora. Muestra, a modo de apretada síntesis, que para los altos mandos gerenciales de finanzas no estamos tan mal, pero vamos definitivamente peor. Que el principal problema del país se encuentra en la falta de previsibilidad al que lo somete la política. Y que ser “el granero del mundo” ya no es el destino manifiesto de estas tierras. Al menos, no exclusivamente. En definitiva, las múltiples voces que participan del muestreo terminan exponiendo elementos que bien podrían ser parte (nada más, pero nada menos) de una propuesta de agenda de política a consensuar.
Mirando la más quemante actualidad, los CEO argentinos de finanzas coinciden en que:
· Han tenido un 2022 con un buen nivel de ventas y una aceptable rentabilidad.
· Ven un 2023 más difícil. Ambas dinámicas (ventas y rentabilidad) se ralentizarán.
· Existe un alto nivel de ocupación de la capacidad instalada de las empresas.
· Las fuentes externas de financiamiento para nuevas inversiones han caído mucho.
· Consecuentemente, se espera una disminución en el ritmo de las inversiones en 2023.
La otra inseguridad
La encuesta se realiza desde hace décadas. En la exposición de este fin de semana se echó un vistazo, precisamente, respecto de resultados anteriores. Y resulta que desde hace 17 años, cada vez que se consulta “qué se puede hacer para mejorar el ambiente de negocios”, la principal respuesta viene siendo la misma: “La mejora de la seguridad jurídica”.
Si se ajusta la lente y se segmenta el período 2005 / 2014, el gráfico de barras es consistente: la mención de la seguridad jurídica como condición necesaria para mejorar el ecosistema de negocios en el país alcanza un pico del 60% en 2006 y tiene su umbral en 2008, con un 45% de las menciones. ¿Qué paso en ese trienio para que se desplomara 15 puntos la angustia por la seguridad jurídica? En términos de historia institucional, nada menos que el final de la Corte Suprema menemista: la comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, encabezada por el tucumano José Ricardo Falú, encaró procesos que terminaron con la destitución de Eduardo Moliné O`Connor y Antonio Boggiano, y con la renuncia de Julio Nazareno, Adolfo Vázquez y Guillermo López. El propio Kirchner se encargó de consagrar como vocales a quienes eran, en ese momento, verdaderas “vacas sagradas” del Derecho.
Por cierto, el superior tribunal fue por entonces reducido en su número de integrantes de nueve a cinco miembros. Cualquier parecido con el proyecto de llevar a 15 miembros ese estrado, que ya tiene media sanción del Senado, es la esquizofrenia del kirchnerismo devorándose la primera y más lustrosa reforma concretada por su fundador.
La variable invariable
Saltando por lustros, la demanda de los líderes de las empresas argentinas no cambia. La necesidad identificada en 2014 fue la misma que en 2018. Y fue esa, y no otra, también este año. Así que ante la invariabilidad de esa variable, la encuesta 2022 decidió indagar en qué, exactamente, consiste la seguridad jurídica para los consultados. Los factores centrales son:
· Estabilidad de los marcos regulatorios: 28%.
· Funcionamiento del Poder Judicial: 20%.
· Estabilidad fiscal: 18%.
· Política monetaria de largo plazo: 11%.
· Acuerdos intersectoriales para disminuir la conflictividad social: 8%.
· Situación de la deuda pública externa: 6%.
· Tarifas de los servicios públicos: 3%.
Acciones y reacciones
La consulta también es propositiva para los CEO de finanzas. Por ejemplo: ¿Cuáles son las medidas generales que favorecerían la confianza al momento de decidir una inversión?
· Un plan económico claro y sustentable: 30%.
· Una política cambiaria estable: 26%.
· Una reforma tributaria que estimule la inversión: 20%.