MISCELÁNEA
EL MÉTODO DEL DISCURSO
FABIÁN O. IRIARTE
(Tren Instantáneo – Buenos Aires)
Fabián Iriarte, Doctor en Humanidades, profesor de literatura comparada en la Universidad de Mar del Plata, publica El método del discurso. Llama la atención su título, resultado de la modificación de un orden sémico del Discurso del método de Descartes, como una especie de variante, de giro, tal vez, para indicar la razón de su propio orden de las cosas del mundo que parecen importarle. En realidad, la razón se va desviando en el texto. Categorizarlo como poemario es reducirlo discursivamente; pues hay presencia de tono narrativo, de reflexiones entre audaces y disparatadas sobre las cosas que “fluyen como el agua”.
Extrañamiento
Hay una aparente “desobediencia” a la razón cartesiana; el lector se sorprende ante esta prosa por momentos ilógica, sin embargo, derivada de la experiencia. El extrañamiento es una presencia movilizadora, motor del recorrido por un universo de cosas tan simples como complejas de entender: fotos encontradas de un tío que no pueden desambiguar el misterio de una vida; el discurso sobre los apellidos paternos y los bastardos; o apelar a dichos populares como “buscar cinco patas al gato”, para dejar el frenesí de búsquedas infructuosas; o el discurso sobre la paloma voladora, metáfora del Espíritu Santo que desde el siglo XVII no sabe hacia dónde volar, apelando a la vacuidad con sentido metafísico; o los museos como formas de la eternidad del tiempo detenido.
Asociaciones libres
Esta prosa poética, salta de un tema a otro: agua, lluvia dorada, películas con trenes, etc. En su fragmentación hay un puente de asociaciones libres que el poeta va entramando en redes de significación; evita lo superfluo a pesar de organizar una poesía en forma de retazos, pero en los recorridos la aparente incoherencia del pensamiento trata de entender sobre las cosas que nos habitan. Hay desvíos, hay otro orden que confunde pero se trata de pensar, de una mente que no para de pensar, y desde sus “arritmias” poéticas se encamina hacia la búsqueda de una verdad.
© LA GACETA
Liliana Massara