Después de dos años y seis meses, el uso del barbijo dejó de ser obligatorio en Tucumán y en el resto del país el pasado 21 de septiembre. Un hecho que causó gran felicidad para muchos, ya que implicó dar un nuevo paso para recuperar esa normalidad arrebatada por la pandemia de coronavirus en marzo de 2020. Pero, para otros, les generó inseguridad o miedo.
Esta situación se conoce como el “Síndrome de la cara vacía” o “Mask Fishing”. ¡Pero a no alarmarse! No se trata de una enfermedad sino de una serie de síntomas que se asocian a la incomodidad de estar con el rostro descubierto.
“El empleo del barbijo durante este tiempo ha estado relacionado directamente a la protección propia y a la de las personas que nos rodean. Se convirtió en un símbolo de responsabilidad. Es por esto, que en esta nueva fase es posible que aparezcan sentimientos de inseguridad, como al inicio de la pandemia de SARS-CoV-2, que pueden generar un incremento de la ansiedad”, afirmó la psicóloga Cecilia Belén Benito, en diálogo con LA GACETA.
La profesional explicó, además, que el uso del tapabocas brindó señales confusas del rostro al no poder exhibirlo en su totalidad. Por lo que el cerebro tendió a completarlo según criterios propios. “Dos manifestaciones se pueden presentar relacionadas con esto: la primera es la sensación de encontrarnos con individuos que desconocemos, en especial si son personas con las que antes de la crisis sanitaria no interactuamos”, puntualizó.
“La segunda es la asociación de una imagen facial que corresponde a otro rostro”, completó.
A su turno, la psicóloga Verónica Montenegro manifestó que esta fobia afecta en mayor medida a los adolescentes, ya que los encuentra en una etapa muy especial de la vida en la que tienen que hacer frente a cambios físicos y emocionales. No obstante, también a los adultos y a los niños, aunque en estos últimos con menor frecuencia porque tienden a adaptarse mejor a ciertas situaciones.
“En consulta me tocó ver algunos casos de jóvenes que a pesar de estar en un ambiente que cuenta con todas las medidas de seguridad contra el coronavirus, optan por mantener el uso de la mascarilla. Esto se puede producir por algunas inseguridades propias de la edad. También al miedo de la opinión del otro. En la adultez es diferente porque se llega -en el caso de un desarrollo sano- con otra seguridad”, sostuvo.
La especialista hizo hincapié que la crisis sanitaria y el barbijo -entre otros elementos de protección- provocó una interrupción en la aceptación de los cambios físicos propios de la pubertad.
“Se podría decir que la pandemia brindó un cierto ‘confort’ a la hora de negar los cambios graduales porque podía ocultarlos. En cambio, ahora, adaptarse a ellos puede ser más difícil”, analizó.
Ahora bien, ¿cómo enfrentar este problema? Ambas profesionales coincidieron en que ante todo es primordial conservar la calma y, en caso de que la situación no se salga de control, tratar de buscar herramientas que ayuden poco a poco a controlar este miedo.
“Todo cambio requiere un período de adaptación. Para algunos dejar atrás el barbijo puede ser liberador, pero no es raro que otras personas tengan mayor dificultad para desprenderse de él. Es por esto que debemos ser pacientes y comprender lo que siente el otro. No hay que intentar dejar de usar el cubrebocas porque todo el mundo lo hace. Si no nos sentimos cómodos lo ideal es comenzar de a poco a dejar de utilizarlo en espacios abiertos, cuando nos sintamos seguros”, concluyó Benito.
Adiós al barbijo
La semana pasada el Ministerio de Salud Pública declaró la no obligatoriedad del uso del barbijo en la Argentina. La decisión fue dada a conocer a través de Resolución 1849/2022 del Boletín Oficial.
Sobre la aplicabilidad de esta medida, se informó que “cada jurisdicción podrá adoptar las recomendaciones pertinentes en función de su situación epidemiológica particular y la estrategia sanitaria planificada”. Por lo que el Ministerio de Salud Pública de la Provincia, señaló que en Tucumán dejó de ser obligatorio la utilización del barbijo.
En tanto, el documento explicó que, “el SARS-CoV-2 se ha convertido en un virus circulación estacional”, lo que hace que la utilización del cubrebocas quede solo reservada a la presentación de “escenarios particulares”.
Asimismo, el texto resaltó la importancia de las coberturas de vacunación, “que ha logrado disminuir de manera considerable la incidencia de enfermedad grave y la mortalidad por la covid-19, independientemente de la variante circulante”.
Situación epidemiológica en el país
El último reporte de la cartera de sanidad señaló que se registraron 42 muertes y 4.482 contagios en la última semana en la Argentina, lo que representa un 27 % menos de casos que la semana anterior.
En tanto, la cantidad de muertes aumentó 68 % con relación a la semana pasada cuando se habían informado 25 fallecimientos. De esta manera, suman 129.897 los fallecidos registrados oficialmente a nivel nacional y 9.708.420 los contagiados desde marzo de 2020.
Por Nicolás Córdoba