SAN PABLO, Brasil.- Un padrón electoral de 150 millones de personas es el “botín”, que disputarán los candidatos a la presidencia de Brasil, en unas elecciones muy disputadas, y en las que se juegan dos modelos de desarrollo económico y social, y de vinculación con la región.
Un sondeo de la firma Datafolha dice que la intención de voto a favor del candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, aumentó a 14 puntos sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro.
Lula consiguió el 47% del respaldo de los consultados por Datafolha con miras a la primera vuelta del 2 de octubre, frente al 33% de apoyo a Bolsonaro. El sondeo anterior arrojaba preferencias de voto de 45% y 33%, respectivamente.
Ante esta ventaja, el equipo de Lula le aconsejó que no asista al debate programado para hoy en SBT para “evitar errores no forzados y llegar fuertes al debate del 29, en la cadena Globo”, dos días antes del proceso electoral.
Los partidarios del ex presidente se ilusionan con una victoria en primera vuelta y afirman que “ganar en primer turno se torna cada vez más probable”. Incluso, si hubiera segunda ronda, Lula obtendría apoyo de 54% de los votantes, frente a 38% de Bolsonaro, una ventaja de 16 puntos, según la encuesta, mismo resultado de hace una semana.
Los aliados de Lula para las gobernaciones también lideran en estados claves como San Pablo y Río de Janeiro.
El índice de aprobación de Bolsonaro subió a 32%, en comparación con el 30% hace una semana; y todavía por encima del 22% que tenía en diciembre, cuando la popularidad del mandatario de derecha se disparó gracias a los programas de bienestar y las medidas para combatir la inflación.
La desaprobación de Bolsonaro llegó al 44%, de acuerdo al sondeo, el mismo resultado de hace una semana pero por debajo del 53% observado en diciembre.
La posibilidad de que Lula supere a Bolsonaro en primera vuelta depende también de que más gente asista a las urnas. Así lo señaló el candidato del PT, cuando dijo que “hay que evitar el abstencionismo” para derrotar al actual presidente.
“Soy tornero mecánico. Me considero un ciudadano de izquierda, un socialista refinado porque defiendo la propiedad privada, la libertad de organización y el derecho de huelga”, dijo en Lula en una entrevista. “Si soy empleado y pido un aumento justo y la empresa me lo niega, no pasa nada con el empresario. Entonces el trabajador va a la huelga y la policía reprime al trabajador y nunca al empleador. Por eso quiero construir un mundo más armónico. Volver a que el pueblo sea feliz”, sostuvo Lula, quien durante su mandato logró sacar a Brasil del “mapa del hambre”, al sacar de la línea de pobreza a 13 millones de personas. (Reuters)
Preocupación de Biden: apoyo a la seguridad del sistema electoral
Estados Unidos empieza a actuar ante la posibilidad de que Jair Bolsonaro no reconozca los resultados. Lula, acompañado de Celson Amorim y Jacques Wagner, se reunió con el encargado de negocios de Estados Unidos y representantes del Departamento de Estado. A esto se sumó un llamado telefónico del presidente Joe Biden a Lula donde le manifestó la confianza de la Casa Blanca en el sistema electoral que Bolsonaro viene poniendo en duda.