Sin duda a la Expo le sobran propuestas para los chicos: los entretenimientos dirigidos a ese segmento abundan por doquier y quizá constituyan el rubro que mayor cantidad de metros cuadrados ocupa en el predio de la Sociedad Rural de Tucumán. En medio de esas múltiples atracciones, sobresale por su inteligencia la propuesta de juguetes didácticos para una educación innovadora y de vanguardia de la flamante Cooperativa de Trabajo Limitada Acercar. Una selección de los productos novedosos de madera que fabrica esta organización única en su tipo en el Norte forma parte del espacio del Instituto Provincial de Acción Cooperativa y Mutual (Ipacym) de la provincia. El estante es presidido por “Gatitos vs. Ratones”, un desafío para practicar el equilibrio arriba de un queso móvil.
Hay mucho más en juego sobre la mesa. Desde el tablero de estimulación cognitiva que de manera intuitiva invita a mezclar y reubicar las fichas de colores -como si fuese un hermano menor del cubo rubik- hasta otro que incentiva a aprender el universo de los números mediante el encastre de palitos. El “Tetris” por su parte desafía a encontrar los ángulos adecuados con un criterio estético: es un rompecabezas ideal para estudiar geometría.
Los artefactos expuestos que materializan el ingreso de la cooperativa en la Expo salen de la fábrica instalada en las calles Viamonte y México de San Miguel de Tucumán. Alrededor de 15 familias se benefician hoy de la concepción emprendedora que fue galardonada en el certamen Naves Federal 2019 y dio a los fundadores del proyecto, Cristian Mazzocato y Rodrigo Duloc, la oportunidad de formarse en la IAE Business School de la Universidad Austral (Buenos Aires). Los diseños de Acercar también recibieron premios en el concurso nacional Innovar y en otras competencias. Todo nació en 2018 a partir del deseo de resolver el problema de acceso a materiales didácticos, que entonces eran muy caros para los presupuestos de las familias, los docentes y las escuelas de Tucumán.
“Yo soy profesor de Educación Física, y Rodrigo es psicomotricista y sabe de carpintería. Trabajamos con niños con discapacidad, que requieren de rehabilitación. De esta experiencia nace el sueño de armar una fábrica de juguetes que nos permita enseñar de la forma que más les gusta aprender a los chicos”, relata Mazzocato. Dos años antes de la pandemia adquirieron las máquinas que plasman en placas de MDF los planos que desarrollan en la computadora, casi como si fueran impresoras tridimensionales. La buena acogida de los juguetes llevó el año pasado a Mazzocato y a Duloc a formar la cooperativa para aumentar la producción. A la línea de juegos estandarizados ya lanzada -donde reinan “Rooled”, un panel lumínico para activar los sentidos, y el muñeco “Nazareno”- se sumaron muebles infantiles y mayor capacidad para desarrollar materiales a medida de las necesidades específicas de los usuarios.
Acercar se propone abordar la pedagogía escolar completa. “Hacemos juguetes con los conceptos elementales. Por ejemplo, una torta para aprender las fracciones. Y vemos que con ingenio y un desarrollo estético adecuado logramos el juego”, refiere Mazzocato. Esta estrategia apunta a que la educación sea fruto del asombro, de la curiosidad y de la interacción con objetos tangibles. Eso que luce tan lindo y bueno tiene muchísimo trabajo por atrás. Para el fundador del emprendimiento estar en la Expo es otro eslabón en un camino donde los avances son lentos. El profesor de Educación Física asegura: “marchamos a paso de tortuga, pero nosotros le damos para adelante”.
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