La causa por el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene cuatro acusados, aunque no se descartan nuevos arrestos. Y, si bien hubo un solo autor material del atentado, la jueza federal María Eugenia Capuchetti sospecha que todos los procesados tuvieron un rol específico en la planificación del ataque, perpetrado la noche del 1 de septiembre.
Fernando Sabag Montiel, el hombre de 35 años que gatilló una pistola Bersa a pocos centímetros de la referente del Frente de Todos, decidió no apelar el procesamiento dictado en su contra, que de esta forma quedó libre. Todo indica que la estrategia del defensor Juan Martin Hermida es no dilatar los plazos, con la posibilidad de alcanzar algún acuerdo judicial. Sin embargo, esta alternativa todavía resulta incierta, dado que Sabag Montiel no ha profundizado con su versión hasta el momento cuando fue interrogado por Capuchetti.
Una situación similar atraviesa Brenda Uliarte, la novia de Sabag Montiel que fue detenida pocas horas después del intento de homicidio. La joven de 23 años tampoco apeló el procesamiento, asesorada por el defensor oficial Gustavo Kollman.
Qué dijo Agustina Díaz en la ampliación de su indagatoria
Agustina Díaz, la tercera de los cuatro detenidos en la causa por el intento de magnicidio, intentó despegarse este miércoles de Sabag Montiel y de Uliarte.
La joven fue detenida por los diálogos que mantuvo con Brenda antes y después del atentado. Entre esos chats, había mensajes borrados que ahora la acusada intentó reconstruir lo que decían.
Fue en la audiencia de ampliación indagatoria que había solicitado su defensa. Allí el punto central que buscó dejar en claro fue que ella no era quien la TV Pública difundió como la persona que aparece en la casa de Cristina Kirchner en los días previos al ataque. En rigor, en la causa nunca estuvo esa información. Y cuando Agustina Díaz llegó a la indagatoria ya estaba incorporado un informe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que decía que no era esa persona. Esa diligencia se ordenó tras la difusión de su imagen, consignó Infobae.
La declaración de Agustina buscó insistir en que ella no tenía nada que ver con el intento de homicidio y que sólo le había seguido la corriente a su amiga, a la que creía una fabuladora. Cuando los abogados Javier Molina y Marcelo Herrera le preguntaron si recordaba los chats que aparecían como mensajes borrados en ese diálogo con Brenda, Agustina afirmó que allí la joven, considerada coautora del intento de asesinato, afirmaba que el atacante Fernando Sabag Montiel sabía disparar. Pero que ella no hubiera errado. Brenda, según Díaz, aseguraba que “Sabag era un boludo por no haberle dado a Cristina”.
La jueza Capuchetti tendrá que resolver en los próximos días la situación procesal de Díaz, en donde se definirá cuál fue su rol en este ataque.
Carrizo, el líder de "la banda de los copitos"
En el mientras tanto, los abogados de la querella de Cristina Kirchner, Juan Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, estuvieron en Comodoro Py. En principio tenían que presentar un poder de la Vicepresidenta para evitar que tenga que venir a tribunales cuando quiera participar de alguna audiencia. Pero también para ver las novedades sobre la presentación que habían hecho en las últimas horas. En ese sentido, la defensa pidió que la jueza dicte el secreto de sumario en esta parte de la investigación para que no se vea frustrada.
En un diálogo informal con los periodistas, Ubeira insistió en que quiere saber quién es el jefe de Nicolás Gabriel Carrizo, el líder de los copitos que está preso hace una semana cuando en su teléfono celular aparecieron chats en donde creía que el arma con la que Sabag Montiel había buscado matar a CFK había sido una pistola calibre 22 que él le había dado. Su diálogo era con su hermanastra, a la que -además- le decía que su amigo había estado a punto de matarla. “Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo”. “Estamos decididos a matarla a la puta esa (sic)·”
La principal acusación a Carrizo surge de su teléfono. Ese celular fue aportado cuando declaró como testigo después de la detención de Brenda, ocurrida el 4 de septiembre. Precisamente, la defensa solicitó la nulidad de esa prueba. Dijo que su cliente no tenía opción para negarse a dar su teléfono, usado después para perjudicarlo, algo que sí hubiera podido hacer en calidad de acusado. El fiscal Carlos Rívolo rechazó el planteo afirmando que Carrizo entregó el celular voluntariamente. A pedido de la defensa apurando una definición, la jueza le rechazó este miércoles la nulidad solicitada. La magistrada también deberá resolver en breve la situación procesal del “jefe de los copitos”, sobre el que están puestas ahora todas las miradas.