“Los testimonios que escuchamos no sirvieron más que para reflejar la forma de vida de estas personas, pero con total convicción y con mucho pesar debo decir que no conseguimos ninguna convicción sobre quién pudo ser el autor de este hecho. Hemos perdido un tiempo valioso. Tenemos un homicidio que aún no podemos esclarecer y no hay ningún elemento que vincule al imputado como autor de esta causa”, expresó la fiscala de cámara, Marta Jerez, durante su alegato final. En consecuencia, pidió la absolución del imputado Ramón Antonio Soria y que la causa sea nuevamente remitida a la fiscalía de instrucción que investigó el hecho. Así, la pesquisa por el transfemicidio de Cynthia Moreira volvió a cero.
Por pedido del abogado querellante, Carlos Garmendia, el tribunal además dio lugar a que se investigue por falso testimonio a Maia Amaya, la joven trans que habría estado con Cynthia la noche en que la víctima desapareció.
El 14 de febrero de 2018, según la investigación, Moreira y Amaya salieron a ejercer la prostitución. Testigos indicaron que las vieron juntas en el parque 9 de Julio y luego en la esquina de Crisóstomo Álvarez y Moreno. Esa fue la última vez que se vio con vida a Cynthia. Sus hermanas denunciaron la desaparición (Amaya también lo había hecho) y, días después, el cuerpo de la joven fue encontrado descuartizado y dentro de bolsos en una casa de 9 de Julio al 1.500. El caso fue investigado por el fiscal Arnoldo Suasnabar.
“En este juicio hubo testimonios que brindaron datos contradictorios, ninguno llevó a dilucidar cómo ocurrieron los hechos ni quiénes fueron los autores. Primero se habló de una ex pareja de Moreira, pero no se investigó a esa persona. La pesquisa empezó cuando varias travestis hablaron sobre miembros del clan Díaz, personas que se dedicarían a vender droga y que tendrían que ver con este hecho, pero tras 10 allanamientos realizados en conjunto con la Policía Federal no se encontró nada que respalde esos dichos”, señaló Jerez. Luego agregó: “por otro lado, en la casa del imputado se secuestraron cuchillos ensangrentados y un revólver calibre 22. Así se sospechó de él, pero la autopsia nos muestra que a Cynthia le dispararon con un arma 9 milímetros y los estudios demostraron que la sangre de los cuchillos no era humana. El acusado había dicho que su mujer los había usado para matar un pollo”.
La fiscal de cámara destacó el esfuerzo de las hermanas de la víctima para tratar de esclarecer el hecho. Dijo que Laura Moreira aportó nombres de varios sospechosos que no fueron investigados.
En su alegato, Garmendia se adhirió a la fiscal, pero aclaró algunas discrepancias: “este debate no fue una pérdida de tiempo; fue parte del proceso que atraviesa la familia y creo que el juicio nos acerca a llegar a la verdad. Las chicas trans que declararon nos dieron un dato muy importante: Cynthia estuvo con Maia esa noche. Eso no es menor, porque Maia sabe lo que sucedió. Por alguna razón mintió durante la instrucción y lo sostuvo aquí ante el tribunal. En los dos careos que se realizaron eso quedó demostrado: intentó manipular a dos testigos, que fueron coincidentes”. Y añadió: “también este juicio mostró la vulnerabilidad de las personas trans; escuchamos que surge la presencia de la droga, de un posible robo a narcos o a otro grupo en el que habrían incurrido Cynthia y Maia. Esa es una línea que debe ser analizada a fondo. En la querella consideramos que es la más fuerte”.
Por último, pidió que la causa no vuelva a la fiscalía conclusional, sino que sea investigada por la de Homicidios.