Desde hoy y hasta el viernes Gonzalo Navarro, Alan Nahuz y Valentina Borigen se empaparán del espíritu olímpico. En Buenos Aires, los representantes tucumanos participarán en la “XXXVIII Sesión de la Academia Olímpica”. Ellos se convertirán en una especie de inyección para la comunidad inyectando los valores y conocimientos del núcleo creado en 1982, que forma parte de la Comisión de Educación y Academia Olímpica Argentina.

Entre los tres se resumen diferentes ámbitos de la actividad física. Navarro (karateca de amplia trayectoria internacional) y Nahuz (paracaidista) son deportistas; Borigen es la abanderada de la Facultad de Educación Física (Facdef).

Navarro es quien tiene la mayor aproximación empírica de lo que empezará a aprender hoy. Su condición de atleta de alto rendimiento implica desempeñarse con las pautas del olimpismo. “Fomentar el desarrollo y difusión de los ideales y deportes olímpicos, estudiar y aplicar los principios de la educación olímpica, aprender cómo está organizado el deporte a nivel universal. Incluir al deporte con el arte, cultura y educación”, enumeró el karateca.

Luego de participar del Campeonato Nacional en Córdoba, Navarro no tendrá descanso. Tampoco lo quiere porque la propuesta para la cual fue seleccionado borra todo cansancio que pueda llegar a sentir luego de medirse con los mejores karatecas del país. “Es algo muy interesante y estoy contento que me hayan elegido como representante de la provincia. Será muy enriquecedor compartir varios días con atletas destacados de toda la Argentina, dirigentes y autoridades”, reconoció el ganador del premio Olimpia en karate en la edición 2021.

Además de un currículum acorde a las exigencias que la Academia Olímpica establece para formar parte de la cita, Nahuz tiene un espíritu en sintonía con los valores del olimpismo. El movimiento enaltece la búsqueda del equilibrio entre el cuerpo, la voluntad y el alma. “Siempre estaba mirando hacia el cielo y deseaba estar ahí”, recordó el hombre de 29 años los sentimientos que tenía de niño. Siguen vigentes, aunque con los límites que ponen las responsabilidades. “Era una época en la que volaba todos los días. Salía del colegio, no comía y me iba a volar; no me importaba nada más. Hasta que uno comienza la facultad, el trabajo y se empiezan a acortar las alas”, relató Nahuz.

Con sus padres pilotos de parapente y aladelta, era difícil que su vida no transcurriera en buena parte en el cielo. La secuencia para él fue piloto de parapente, primero y luego paracaidista. “Hace un año empecé a saltar. No comencé antes por una cuestión de contexto y porque en el club no había mucha actividad, pero se empezó a activar y aproveché para hacer el curso”, sintetizó el también juez nacional avalado por la Federación Aeronáutica Internacional. Eso y sus más de 40 saltos en distintas provincias del país fueron la razón por la que la Federación Argentina de Paracaidismo lo eligió. “Tengo ese orgullo y honor. Somos solo dos elegidos a nivel nacional”, explicó Nahuz.

En el caso de Borigen, que como Navarro fue seleccionada por la Secretaría de Deportes de la provincia, la inseguridad se apoderó de ella cuando conoció la noticia. “Me generó mucho miedo y pensé que quizás yo no era la persona indicada porque no soy deportista de alto rendimiento”, explicó la santiagueña, que llegó a la provincia para estudiar. “Con un poco más de calma y entendiendo la finalidad, pude enfrentar ese miedo. Es una oportunidad enorme que me servirá para poder transmitir los ideales y valores del deporte olímpico como futura docente ”, contó sobre la renovada sensación que le produce ser academista.

Hoy, a las 10.30, los representantes de las provincias (también habrá periodistas y dirigentes) se concentrarán en el Comité Olímpico Argentino. Desde allí se trasladarán hasta la Villa Olímpica. En el lugar que se usó para los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, en Villa Soldati, quedarán alojados hasta el viernes cumpliendo las actividades que serán evaluadas en un examen final.