El lamentable estado del parque de Santa Ana ha dado lugar a la protesta de la Fundación Forestar, que desde hace cinco años llevaba acciones para el rescate de ese lugar histórico del sur de la provincia, declarado patrimonio histórico y cultural de la provincia. La Fundación, que trabajaba en el proyecto de revalorización con estudiantes de la escuela agrotécnica Juan Mantovani, ha decidido retirarse como modo de reclamo para que las autoridades reaccionen. Hoy las dos hectáreas del espacio verde tienen ejemplares arbóreos n vías de desaparición, animales sueltos, un lago que se perdió, motociclistas que hicieron del lugar un circuito de paseo, montañas de basura y construcciones de particulares dentro del predio.

El sitio es uno de los valiosos espacios verdes que dispone el sur tucumano y está en el corazón de Santa Ana.

Fue creado hace 120 años a iniciativa de Clodomiro Hileret, propietario del ingenio local, que en esos tiempos era uno de los más poderosos de la provincia. El paseo, que en un principio tenía ocho hectáreas, tiene las características de jardín paisajista del siglo XVIII y XIX. Según se cuenta, el atractivo sitio, que dispone de especies arbóreas exóticas traídas de la India y Francia, fue pensado por Hileret para hacer realidad un sueño de su hija. Así es que tuvo el lago, los árboles raros y una gruta.

Pero el abandono de hoy es notorio. Los vecinos dicen que los fines de semana se transforma en un espacio de beberajes, peleas, alborotos y música con alto volumen y temen que va a correr el mismo destino de la estructura del ingenio, que terminó saqueada.

El titular de la Fundación Forestar habla de desidia de las autoridades. Dijo que en los últimos años elaboró documentos, folleterías, cartelerías, brindó charlas, hizo un relevamiento con diagnóstico y un proyecto que denominó “Salvemos el Parque”. Esa documentación –con ocho puntos de acción- fue entregada al comisionado comunal, a la comisión de Medio Ambiente de la Legislatura y a Patrimonio del Ente Cultural.

El comisionado explicó que las intervenciones deben ser autorizadas por Patrimonio Cultural y que se procura evitar lo que sucedió con la intervención de la Plaza Bernabé Aráoz de Monteros, donde se comenzaron trabajos que debieron ser revisados al no haber tenido en un principio autorización del Ente de Cultura. Prometió que hoy se reuniría con el ministro del Interior para definir con el Ente Cultural acciones concretas. Una de las ideas es enrejar los alrededores del Parque para evitar el ingreso de vehículos y disponer de personal para su cuidado permanente.

Se trata de un recurso cultural y turístico muy valioso, ha sido motivo de preocupaciones a lo largo del tiempo por el abandono que ha derivado en el marcado deterioro. Parece necesario, entonces, que se actúe con premura no sólo para recuperarlo, sino para elaborar estrategias de difusión de este patrimonio. Este requiere mantenimiento permanente, no sólo medidas coyunturales de salvataje.