En el maravilloso mundo del internet todos los días pasan cosas. En un abrir y cerrar de ojos el panorama completo cambia y aparecen un sinfín de nuevos conceptos y experiencias para los internautas. Por supuesto, se nos hace difícil seguir el ritmo y estar al tanto de todo lo que sucede; por eso hoy nos proponemos charlar sobre los NFT y cómo celosamente copan los videojuegos.

Seguro has escuchado hablar sobre esto, pero no entendiste. Tranquilo. Vamos por partes: los NFT son el acrónimo de Non Fungible Token. Esto quiere decir que se trata de tokens (una unidad de valor digital) que no son fungibles, es decir, no se puede intercambiar por otra cosa en igualdad de condiciones. Si yo tengo una pintura, por ejemplo, puedo cambiarla por otra, pero jamás por una igual ni del mismo valor. ¿Por qué? Porque ambas son únicas.

Lo mismo pasa con estos tokens. Y como son todos diferentes, no pueden intercambiarse por otro del mismo valor. “Es como si fuera una criptomoneda, pero no fungible. Si vos tenés, por ejemplo un bitcoin, lo podés dividir en muchísimos pedacitos; podés comprar o vender un 0,0000001. A un NFT no. Vos tenés uno y es completamente distinto a otro”, explica a LA GACETA Marco Canevaro, ingeniero en sistemas y CEO de NotNini (www.notnini.com) una startup tucumana que enseña gratuitamente a programar y como recompensa brinda NFT. “Es como comprar un papel digital que dice que algo es tuyo. Pero es eterno: en un videojuego, por ejemplo, podés comprar armas, que son imágenes, y gastarte miles de dólares en eso. El tema es que si la empresa cierra perdés todo. Ese activo murió. Con el NFT no puede pasar eso”.

Hagamos un stop antes de continuar. Para comprender lo que sigue hay que agregar a nuestro vocabulario un nuevo término: blockchain. Se trata de una base de datos global que permite transferir (comprar o vender) activos. Lo interesante -explica Canevaro- es que existe una red de nodos (algo como computadoras conectadas entre sí) que tienen todos los datos de los tokens. Lo explicamos mejor: yo compro un NFT. La autenticidad del mismo queda en la blockchain, es decir, en una red de nodos. Hay varias copias del “certificado” que asegura que el NFT es mío. Eso lo hace inviolable. Único. Y casi eterno; tendría que desaparecer toda la red para que el NFT “muera”.

Un valor agregado

Estos tokens están copando el campo de los videojuegos con gran celeridad. Empresas de la talla de SEGA, Konami y Ubisoft ya los han agregado a sus plataformas. ¿Cuál es el objetivo? Brindarle al usuario un valor diferencial que vuelva su experiencia de juego única. Un jugador puede comprar, por ejemplo, un traje NFT para su personaje. Ese outfit es único. Nadie más que él lo tendrá y puede: a) conservarlo o b) vendérselo a otro interesado. “Esto sirve para establecer un sistema de microtransacciones a partir del juego”, indica Canevaro.

Además, estos tokens generan valor por su utilidad. Mientras una pintura, un gif o un video NFT aumenta o disminuye su precio por oferta-demanda, en el caso de los tokens en los videojuegos también entra otra cuestión: las propiedades del personaje o del bien que se vende.

El rey de los play to earn

Un videojuego que se ha sumergido en el mundo del NFT sin problemas ha sido Axie Infinity; es un juego del tipo Play to earn: para poder jugar, los interesados deben adquirir tres personajes (Axies), que son los NFT del juego. Cada Axie vale según sus capacidades de reproducirse (es la única manera de crear nuevos personajes), sus batallas ganadas y sus habilidades. En cada juego, los internautas ganan puntos con un valor en criptomoneda (para Axie Infinity se usa Ethereum) que luego puede ser transferido a alguna billetera virtual.

Este juego en línea ha crecido bastante: según datos, en 2021 representó 2/3 de todo el comercio global de NFT. Y es que sus personajes, las granjas y algunos objetos pueden ser comercializados en el MarketPlace de la plataforma; también pueden comprarse y venderse en otros mercados de NFT, sin necesidad de ingresar al videojuego.

“Yo tengo una cierta cantidad de vidas por día; si gano en las batallas, me dan criptomonedas y tokens. Pero es una inversión grande la que tenés que hacer para tener un equipo y poder jugar”, cuenta a LA GACETA Tomás Medina, estudiante becado del programa de Programación de Globant y Mercado Libre, que desde hace un tiempo juega todos los días a Axie Infinity. “Mientras más jugás, más tokens ganás. Vas consiguiéndolos en base a tu habilidad; pero la ganancia nunca es fija, porque las criptomonedas suben y bajen, además todo está sujeto al valor del dolar”, agrega.

Tomás hace una distinción. “Yo lo hago por hobbie, juego una o dos horas por día -remarca-; pero hay gente de países de Latinoamérica que vive gracias a la ganancia del videojuego”.

Diferentes maneras

Hay una alternativa para ganar dinero en el videojuego, aunque no tengas lo suficiente para costear personajes caros: entrar a una “academia”. “Yo tengo dos equipos: uno comprado y otro con una academia -cuenta Tomás-. Eso significa que sos becado; la academia compra un equipo y te hacen jugar. Tenés que pasar un registro y cobrás cada 15 días o un mes. Hay un sistema de coaching y te enseñan a jugar, pero ellos se llevan un porcentaje. Básicamente, si lo comprás, el margen de ganancia es mayor pero la inversión es mucho más grande. Hay gente que no puede pagar en dólares para conseguir un personaje y busca una beca; con eso generás ingresos sin poner un peso”.

Vamos a los números: los Axies se comercializan desde los US$ 17, pero uno bueno ronda entre los US$ 600 y los US$ 1500. Por supuesto -en criptomoneda- el precio escala según las características del Axie hasta números que pueden superar los miles de millones de dólares.

Riesgos

Hay una gran polémica respecto al empleo de estos bienes no fungibles. “Creo que hay mucha especulación y experimentación con los NFT”, resumió hace algunos meses Phil Spencer, director de XBOX. Se habla de que lo que mueve a este mercado es la especulación; e incluso hay quienes lo consideran estafas de tipo ponzi.

“Hay que tener mucho cuidado como inversor; el 80% de los NFTs no tienen proyectos sólidos -advierte Canevaro-; es especulación y está muy sucio el tema. Se crean mucho tokens que no tienen respaldo. Y es fácil; lo llevemos a un ejemplo: si sos un país y no producís nada, tu moneda no vale nada. Y eso es lo que pasa con la mayoría de los NFTs”.

En el caso puntual de los videojuegos, la situación es otra, ya que el NFT es activo. Aumenta su valor, pero no siempre. “Podés recuperar la inversión en, mas o menos, tres meses, según dicen las estadísticas -reflexiona Tomás-. Está bueno porque hay cero margen de pérdida; hay mucha gente que lo compra como inversión... son personas que analizan el mercado, los compran y luego los venden, pero para hacer eso deben tener mucho dinero. A vos te conviene jugar el juego porque generás algo; si no, es como que tengas un taxi y lo tengas parado en vez de usarlo para trabajar”.

Una alternativa

“Las personas que me conocen ya entienden sobre el juego y les encanta que juegue, pero me ha costado mucho que comprendan que más allá de ser un juego es un trabajo, que podés ganar plata y que sirve. Cada tanto me pasa que me siento en la cena familiar y tengo que jugar porque se me acaba el tiempo y se ríen, pero ya van entendiendo”, dice el joven.

Tomás coincide en que la del videojuego sí es una inversión arriesgada, pero vale la pena. “Podés ganar dinero por dedicarle una hora y media por día -subraya-; mientras tanto, podés estudiar, tener otro trabajo o hacer un millón de cosas”.