“La idea era mezclar hechos desconocidos o no tan transitados con otros de los que sabemos más o menos que pasó, pero que en realidad nos olvidamos algunos detalles, y precisamente esos detalles son los que te explican por qué sucedieron”, introduce en la entrevista Matías Bauso, autor de Argentina bizarra. El libro está pensado “aspirando a encontrar lectores jóvenes, que no vivieron esos hechos y también a aquellos otros que los vivimos y que nos ayude a descubrir algunos pequeños detalles que nos olvidamos. Me parece que en esos detalles está la posibilidad de entender por qué no aprendemos de nuestra historia. Nos pasamos todo el tiempo como sociedad mirando para atrás, pero parece que no aprendemos de nuestro pasado”.

- El libro recorre 110 años de historia argentina, ¿cuál fue el criterio de selección?

- La idea era hacer un recorrido más actual y que cada historia tuviera varias características. Fundamentalmente que cada una entretuviera, que te enseñara algo; que aquel que no conociera la historia la comprendiera y aquel que la conocía que recordara algo que no se acordaba. Pero también que cada historia a su manera te mostrara alguna faceta del país, de nosotros como sociedad. También hay conexiones ocultas entre las historias que se dan como en espejo y que preferí no explicitar, lo mismo que las consecuencias o las enseñanzas de cada historia. Preferí mostrarlas y que el lector después saque sus propias conclusiones. En Argentina parece todo interconectado, mezclado, atravesado por otras cosas. Nada es puro y todo tiene sus matices. Sin embargo, nosotros vemos todo muy blanco y negro, y hay un montón de grises que son lo que hacen interesante cualquier historia.

- Argentina bizarra tiene un antecedente mexicano…

- Es un libro que nació en México, que escribieron un periodista y un historiador que se llamó México bizarro, que le fue espectacular y sacaron un segundo tomo. Después la filial mexicana de Planeta organizó la colección continental, y entonces en cada filial del sello editorial salió su bizarro: Colombia, Perú, Chile y Argentina. El diseño es para todos igual, y se modifica la figura de la tapa. Acá es Messi; en Chile es Condorito y en Colombia es Betty, la fea. En todos los casos son historias que preferirías no creer, pero después cada autor tuvo libertad para darle su propio perfil tanto para la selección de historias como en la escritura. Los otros libros incluyen historias del siglo XIX y yo preferí que fueran más actuales. La de los otros libros son historias más breves, y estas son un poquito más largas para poder contarlas bien, para que tuvieran tridimensionalidad.

- Lo primero que uno se encuentra al abrir el libro es con la frase de Ricardo Piglia: “Todo era tan insólito que seguro era cierto”.

- Es una frase espectacular. Cuando la encontré, me dije “acá está el corazón del libro”. Hay historias en las que decís esto no puede ser real y en seguida te ponés a pensar que todo es tan raro, tan bizarro, tan extraño, que nadie lo puede inventar. Un ejemplo es el caso de la doctora (Cecilia) Giubileo, que desapareció en la Colonia Montes de Oca, y más allá de todas las incidencias y de todo el caso policial, del misterio, de la investigación, cuando toda la atención mediática estaba centrada sobre la Colonia, y era la noticia más importante, sucedió algo increíble. La Colonia llevó en dos micros a 86 internos a un pueblo cercano a festejar el carnaval. Y esa noche volvieron en los micros 123 internos. Volvieron 37 internos más de los que se fueron, porque eran algunos que se habían ido escapando y nadie había buscado, nadie los había reclamado. Se subieron al micro y volvieron. Cuando la Colonia estaba en el momento álgido y estaban todos los ojos puestos en ella se habían ido 37 internos y nada pasaba. Eso es algo que solo puede suceder acá.

- ¿Cuánta verdad creés que hay en el mito?

- Hay historias que estoy convencido de que son cien por ciento reales y otros que sé que no son ciertas, como que Hitler vivió en la Argentina. Eso no sucedió y doy razones porque el mito fue creciendo. Pero que (Julio) Grondona permitió la caída de Maradona en el Mundial 94 para posibilitar su ascenso en la política de la FIFA, aunque no tengo pruebas, estoy convencido de que fue real. Los hechos posteriores me parece que lo muestran a las claras.

- ¿Cuánta no verdad hay en la realidad?

- ¿Viste cuando dicen dato mata relato? No es verdad. Hay un montón de datos y los relatos siguen en pie, y no importa de qué lado de la grieta se está. Somos inmunes a los datos. Hay datos, hay videos, hay documentos pero no nos importa. Si yo sostengo una cosa, no dejamos que la realidad nos empioje aquello de lo que estamos convencidos. En lo que uno cree que es real hay muchos mitos, falsificaciones y tergiversaciones.

- Hablamos del criterio de selección.

- Tenía como quinientas y traté que haya un equilibrio. Un poquito de mundo del espectáculo, de literatura, deportes, pero que también estuviera representado lo mitológico, la leyenda, las sucesiones presidenciales… Algunas historias se metieron por peso propio, porque eran muy graciosas o desconocidas. También quería que los grandes aspectos de la vida pública, de nuestra vida en común, estuvieran de alguna manera representados. Hay hechos que quedaron afuera porque eran demasiado trágicos y no iban con el tono un poco sarcástico que pueden llegar a tener las historias. Uno solo es dramático y es el único que está contado en primera persona, que es el caso de la bengala en la cancha de Boca, que mata a un hincha de Racing. Yo tenía 11 años, y estaba en la cancha ese día, y fue la primera vez que vi una muerte. Me parecía que era un plus contar cómo viví esa noche y contar también esa trama de locura y de naturalización. Porque uno de los lineamientos del libro es esto, cómo naturalizamos lo imposible. La barra brava de Boca lanzaba bengalas marinas de una punta a la otra de la cancha y la gente se reía, pero los hinchas de Racing también, gritaban “ole”, hasta que cayó en una boca de entrada y le pegó a un chico de 24 años en el cuello y lo mató. La barra brava de Boca fue desapareciendo de a uno durante el primer tiempo, ¡y el partido se jugó! Cada historia es una muestra chiquita de cómo funcionan las cosas en nuestro país.

- El libro es un registro anecdótico de la historia y la reescribe incluyendo lo que la “historia” decide dejar afuera cuando se escribe.

- Es como decir “te completo el álbum de figuritas”. Por ejemplo, a fines de junio se cumplió un aniversario del derrocamiento de Illia. ¿En qué momento Illia se dio cuenta que había dejado de ser presidente? ¿Cuando le pidieron café al mozo y el mozo iba con las cafés en la bandeja y le dijeron: “no, no los lleves”? Y entender qué pasó esa noche, cómo resistió él y sus ministros dentro de la Casa Rosada y lo que le dijo a uno de los militares que lo fue a echar. Ese militar, en el año ’83 cuando la dictadura estaba finalizando, publicó una carta de lectores y dio a conocer ese diálogo. Dijo: “yo fui uno de los que derrocó a Illia, uno de los que entró a la Casa de Gobierno esa madrugada e Illia me dijo que mis hijos me lo iban a reprochar; y sabe qué, mis hijos me lo reprocharon y tenían razón”.

PERFIL

Matías Bauso (Buenos Aires, 1971), escritor, periodista y abogado, es autor de los libros Una épica de los últimos instantes, El deporte en el cine y 78: historia oral del mundial. Ha editado la antología Dirigentes, decencia y wines, que recoge la obra periodística de Dante Panzeri. También publicó investigaciones históricas sobre personajes populares -Aníbal Troilo, Florencio Parravicini y Juan Duarte, entre otros- y obras de teatro y guiones de cine. Actualmente escribe para Infobae.

El país y el cambio*
Por Matías Bauso

En Estados Unidos, existen muchos libros que llevan como subtítulo «El día que los derechos civiles / el básquet / el béisbol / la política / la televisión [coloque aquí el rubro que quiera] cambió para siempre». Una bajada de impacto, algo exagerada, pero que debe resultar efectiva en términos de marketing, de llamar la atención sobre el texto. En nuestro país, un hipotético El día que Argentina cambió para siempre podría ser otra colección enorme de libros. Si fuera una serie en la web, encontraríamos El día que Argentina cambió para siempre, temporada doce, episodio veinte. Todos los años, todos los meses, ocurre uno de estos hechos que parece cambiar la historia (para mal). Tanto que nuestra capacidad de asombro por momentos parece agotarse, y muchas veces ya ni siquiera nos funciona el reflejo de la sorpresa.

* Fragmento de Argentina bizarra.

© LA GACETA

Flavio Mogetta