El jueves, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció una nueva medida, complementario del “Programa de Incremento Exportador”: el plan provisorio del Ministerio de Economía para incentivar la venta de soja. La medida consiste en el aumento de la tasa de interés de los créditos destinados a los productores de la oleaginosa que no liquiden el 95% de su stock hasta fin de mes, plazo en el que también vence el propio Programa.

La medida no generó buenas reacciones por parte del sector agrario, que consideró que beneficia solo al Gobierno, y no incentiva al productor a vender, sino todo lo contrario. Entonces, dijeron, todo el conjunto de medidas tomadas por el Gobierno nacional van generando una tensión creciente en su relación con el campo.

“La medida no trae el beneficio que el Gobierno dice. Los beneficiados van a ser para un grupo reducido dentro de los productores, los que se hayan podido quedar con un saldo del producto. El común denominador de los productores es que no tenemos soja”, expresó Roberto Palomo, vicepresidente de la Asociación Civil de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor).

El productor tucumano explicó que “tuvimos medidas parecidas a estas de parte de los bancos, desde el 2009 al 2015, donde no nos daban acceso a determinados créditos si teníamos un stock mayor al 5%. Ya estábamos con este gobierno también con una medida similar, lo que generó que muchos productores se desprendieran de su stock antes de la medida”.

Es decir, según indicó Palomo, se entiende que muchos productores vendieron la oleaginosa con un dólar a $ 140, y no podrán beneficiarse del nuevo dólar soja, que les hubiera permitido generar más ingresos. Y el propio vicepresidente de Apronor se puso de ejemplo para clarificar la situación: “yo tengo 200 hectáreas, y como la soja es el primer ingreso que tengo, alrededor de mayo, la quemé a los poco días de cosechar, para poder cumplir con los compromisos. Me quedé principalmente con maíz, y eso no me beneficia, porque se está dejando afuera de la medida a las economías regionales que se exportan (leche en polvo, vino, cítricos, entre otros)”. La medida tampoco alcanza a quienes no exportan la soja, sino que la proveen a otras empresas como materia prima, como las industrias de alimentos balanceados.

En ese sentido, Palomo considera que “la medida tiene sentido solo para el Estado. Los exportadores son los que tienen el mayor stock de soja, no los productores. No tenemos nada contra los productores grandes, pero lo cierto es que esta medida solo los beneficia a ellos”.

Quien también habló sobre el tema es Augusto Battig, presidente de Apronor. “La medida del dólar soja es simplemente un parche. No es como lo expresa el sector político, que es para solucionar el problema de los productores”. Y para explicar su postura, enumeró tres factores: “primero, es una medida que al pequeño y mediano productor, que no tenía espalda, que tenía que cumplir sus compromisos contables, no lo alcanza, porque ya había liquidado la soja”.

El segundo factor es la duración del programa lanzado por el gobierno: “si la idea es ayudar al productor, no entiendo porque solo dura 20 días”. Y el tercer factor, para Battig, es que es una medida “bastante discriminatoria con los otros sectores que intervienen en el campo, no se tiene en cuenta el trigo, maíz, ni el resto de los cultivos. Alcanza solo a unos pocos productores. Para mí, fue una medida poco analizada, son más los conflictos que generó que los beneficios que trajo”, sentenció.

Invasivo

Con respecto al aumento de las tasas de interés de los créditos para los productores agrarios, el ingeniero opinó que “es totalmente invasivo, porque no estamos hablando de tamaño de productores, o de capacidad de acopio de granos, sino de porcentajes. Un productor particular, dentro de su esquema de manejo de materia prima, tiene la libertad de vender o no vender. Me parece muy injusto que sea castigado por no vender”

Además, Battig disparó munición gruesa contra el gobierno nacional. “Usa como herramienta principal y única para solventar sus problemas económicos al campo. Entonces, de golpe, surgen problemas de falta de dólares, y sacan esta medida, aumentan las retenciones, cierran las exportaciones. Son siempre medidas provisorias, poco claras”. Y cerró con un pedido a las autoridades, que va en la misma línea con lo que también expresó Palomo: “pedimos medidas, por lo menos, a mediano plazo, para que uno pueda proyectar su esquema productivo con un poco más de certidumbre”. (Producción periodística: Joel Katz)